El representante de la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS) en México, Christian Morales, lamentó que la intervención del hombre sobre el medio ambiente no ha sido controlada y debe requiere ser más responsable, de otra manera, se seguirán presentando problemas de nuevos virus que dañen la salud humana, como es la COVID-19.

Expresó a este reportero que la Organización Mundial de la Salud (OMS), indica que la contaminación atmosférica urbana aumenta el riesgo de padecer enfermedades respiratorias como neumonía hasta cáncer de pulmón.

Ejemplificó que los problemas de contaminación atmosférica de las ciudades latinoamericanas provocan muertes prematuras y enfermedades respiratorias. “Estamos muy preocupados de ello, pues esta contaminación acelera y coloca más condiciones de fuerza para males como la COVID-19”.

Cabe mencionar que los contaminantes del aire, como el ozono y las partículas PM10 y PM2.5 incrementan significativamente la irritación e inflamación del sistema respiratorio y favorecen la morbilidad inducida por los virus, reduciendo la capacidad inmune del organismo frente a virus y bacterias.

Se estima que nueve mil personas fallecen de forma anual en el Valle de México (compuesto por la Ciudad de México y Estado de México, que conjuntan a poco más de 24 millones de individuos) por la mala calidad del aire por año, así lo dio a conocer la Comisión Ambiental de la Megalópolis.

Por su parte, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) detalla que en México, en época invernal crece en un 35 por ciento la presencia de enfermedades respiratorias a diferencia de las otras estaciones del año.

Datos del Servicio Meteorológico Nacional indica que enero es el mes más frío del año y se estima que las bajas temperaturas se acrecentarán en la segunda quincena de este mes, que provocará aumentó de enfermedades respiratorias, incluida la COVID-19.

El organismo federal indica que a nivel nacional, son pocos más de 21 mil las muertes que pudieran evitarse en el país, si se tuvieran medidas que reduzcan los altos índices de contaminación de diversas zonas urbanas como son ciudades fronterizas o del bajío.

En otro tema, el directivo de la OPS aprecia con preocupación los movimientos antivacuna que son un grave riesgo, por sus fundamentos religiosos, esotéricos y conspiracionistas, que estiman que las vacunas controlarán al mundo, aspecto que provoca que otras enfermedades y la COVID-19 no se controlen.

El representante de la OPS detalló que en la medida que los seres humanos “no somos responsables del medio ambiente lo intervenimos de forma equivocada y de manera irresponsable, deteriorando las condiciones de los ecosistemas nos encontraremos a patógenos desconocidos que provocan enfermedades desconocidos”.

El cuidar al medio ambiente, da no sólo una vida sostenible, sino que ayudará a controlar enfermedades; debemos pensar que en nuestro bienestar sanitario, alertó.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) detalla que la salud de las naciones requiere una inversión superior al 6 por ciento del PIB, sin embargo, las naciones en Latinoamericana apenas rebasan el 3 por ciento de su PIB destina a la salud.

DAÑO A BIODIVERSIDAD  ACRECIENTA ENFERMEDADES HUMANAS

Gerardo Ceballos, investigador del Instituto de Biología de la UNAM, declaró a periódico AM de Querétaro que “tenemos sapiencia que la contaminación del aire, del agua y los suelos, hace que las personas sean más susceptibles a las enfermedades y más proclives a contagiarse de males como es la COVID-19”.

Según cifras del Instituto Nacional de Salud Pública en México, entre los mayores agentes contaminantes del ambiente en México destacan las partículas sólidas, líquidas, el polvo, cenizas, hollín, metálicas, cemento o polen, así como el ozono, dióxido de nitrógeno, dióxido de azufre y monóxido de carbono.

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