Se estima que la incidencia de la dermatitis atópica (DA o eccema) ha aumentado de dos a tres veces en países industrializados, afectando aproximadamente entre el 15 y 20 por ciento de los niños y el 1 y 3 por ciento de los adultos en todo el mundo.   Estas personas, además, corren el riesgo de desarrollar reacciones alérgicas alimentarias, rinitis alérgica y asma.

En México la prevalencia de DA es de 9.8 por ciento y predomina en la infancia, siendo más frecuente en menores de 5 años, ya que inicia en el primer año hasta en 60 por ciento de los casos y en 85 por ciento de ellos antes de los 5 años. Puede persistir hasta la edad adulta en 60-70% de los casos. Asimismo, se reportó que 89 por ciento de los pacientes presenta DA leve, 6 por ciento moderada y 5 por ciento grave, en pacientes adultos; mientras que en adolescentes se ha observado que la distribución es de 90, 8 y 2 por ciento, respectivamente.

Por lo general, la DA comienza antes de los 5 años, pero puede manifestarse a cualquier edad, tanto en hombres como en mujeres. Ahora bien, los cambios hormonales durante los años reproductivos hacen que la condición pueda predominar más en la población femenina.

La dermatitis atópica (DA o eccema) es una enfermedad crónica de la piel que hace que esta se seque, pique e inflame, y puede empeorar con el tiempo; sin embargo, los pacientes y cuidadores pueden poner en práctica seis recomendaciones que les ayudarán a prevenir o reducir la incidencia de los brotes.

La primera recomendación es consultar con el médico especialista, ya sea un dermatólogo o un alergólogo, para recibir un diagnóstico y ver la manera de controlar los síntomas de lo contrario, la persona puede experimentar complicaciones como infecciones en la piel, problemas del sueño, dermatitis alérgica de contacto o irritante de las manos y hasta ansiedad.

Pese a que se desconoce la causa exacta de la DA, existen factores desencadenantes que pueden empeorar sus síntomas, tales como el estrés, clima, las alergias y la genética. Por esta razón, evitar ingerir ciertos alimentos que generen una reacción alérgica, tomar las medidas necesarias ante los abruptos cambios de clima y evitar el uso de productos de cuidado personal que puedan irritar la piel, suponen la segunda recomendación.

El tercero y cuarto de los hábitos que deben considerar las personas con esta enfermedad, son mantener su piel hidratada -mediante cremas adecuadas para cada piel- y utilizar la ropa apropiada. La piel seca es más susceptible a la inflamación y picazón, mientras que la ropa ajustada o de materiales sintéticos puede provocar irritación y empeorar los síntomas de la enfermedad; el tejido de algodón es una buena opción de uso.

La quinta recomendación va de la mano con la higiene en el hogar. El polvo, los ácaros y otras partículas pueden irritar la piel y acrecentar los síntomas de la enfermedad, por lo que se sugiere limpiar regularmente las cortinas y alfombras, así como lavar la ropa de cama.

Para el doctor Jorge Alberto Barragan, líder médico de inflamación e inmunología de la farmacéutica Pfizer México, es de suma importancia que los pacientes y cuidadores traten de identificar de forma temprana los síntomas, así como los factores del entorno que pudieran ser los causantes de la agudización de la enfermedad, pues esto les ayudará a determinar cuáles son los factores que afectan más al paciente, que tienen más repercusión en su piel y tomar las medidas adecuadas.

Uno de los desencadenantes de la dermatitis atópica es el estrés. Por lo cual, un sexto consejo para estos pacientes es mantenerlo bajo control, en la medida que sea posible, practicando técnicas de relajación y llevando una rutina regular de sueño.

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