En el marco de los esfuerzos globales hacia la sostenibilidad empresarial, las compañías mexicanas enfrentan el reto de demostrar su compromiso con la responsabilidad social y la protección ambiental para asegurar su posición en los mercados internacionales.“Para ello, es necesario implementar diversas prácticas que involucren el impacto positivo en el medio ambiente, la transparencia en la cadena de suministro y la mejora de las condiciones laborales”, de acuerdo con Alfredo Oseguera Díaz, Gerente de agricultura para la cadena de suministro de NSF, organización global independiente, para México, Centroamérica, Caribe y Colombia.

Estas áreas resultan esenciales para alinearse con la creciente demanda de los consumidores y organizacionales internacionales, que cada vez exigen más que los productos que compran y distribuyen cumplan con estrictas normativas éticas y de sostenibilidad. Según la consultora Simon-Kucher en su “Estudio Global de Sostenibilidad 2024”, 54% de los consumidores aseguraron que estarían dispuestos a pagar más por productos que involucraran prácticas sustentables.

Para impulsar estas prácticas, las empresas, especialmente aquellas que exportan a Estados Unidos y Europa, pueden apoyarse de certificaciones cómo SMETA, un sistema de auditoría reconocido a nivel mundial que permite a las compañías demostrar su compromiso en áreas clave como condiciones laborales, sostenibilidad ambiental y ética comercial. Al adoptar estas prácticas, no solo cumplen con regulaciones internacionales, sino que también optimizan sus procesos y mitigan riesgos financieros.

“A diferencia de otras certificaciones, SMETA abarca toda la cadena de suministro y garantiza que se respeten los derechos de los trabajadores, se minimicen los impactos ambientales negativos y se practiquen los más altos estándares éticos en cada proceso,” destacó Alfredo Oseguera.

Beneficios directos para las empresas

  1. Acceso a mercados internacionales
    La certificación permite acceder a mercados donde los requisitos de cumplimiento ético y de sostenibilidad son estrictos. Esto es crucial para sectores como el agroalimentario, donde gran porcentaje de la producción de alimentos y bebidas en México está destinada a la exportación, de acuerdo con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural.
  2. Atracción de inversiones y socios estratégicos
    Los fondos de inversión y las grandes cadenas comerciales buscan colaborar con empresas que cumplan con estándares internacionales de responsabilidad social y sostenibilidad. Tan solo en el 2023, la inversión extranjera en México superó los $36 mil millones de dólares, impulsada en gran parte por la alineación con criterios éticos y de impacto social, según la Secretaría de Economía.
  3. Optimización de procesos y reducción de riesgos
    Los procesos sostenibles permiten a las empresas mejorar su eficiencia operativa y reducir el riesgo de sanciones y demandas legales. Al cumplir con estándares laborales y ambientales, evitan multas y mejoran su eficiencia, lo que puede llevar a ahorros significativos en el mediano plazo.

El camino hacia la competitividad global y la sostenibilidad en México pasa por la adopción de estándares internacionales como SMETA. A medida que crece la demanda de productos responsables y éticos, las compañías que adoptan este estándar no solo cumplen con regulaciones, sino que fortalecen su posición en mercados clave, aumentan su atractivo para inversores y socios, y contribuyen al desarrollo económico y social del país.

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