Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, de la Secretaría de Salud, indicó que desde el inicio del sexenio se busca establecer una sinergia de actividades a favor de la salud humana y la preservación ambiental.

Declaró que el sistema de salubridad no debe olvidar de atender dos factores clave para la sociedad mexicana: la salud mental y la ambiental, por ello, el trabajo cercano que tienen las secretarías de Salud (SSalud) y de Medio Ambiente (SEMARNAT).

Explicó que Jorge Alcocer y Víctor Manuel Toledo, titulares de ambas dependencias, han integrado labores a favor de la salud y la ecología. Un ejemplo de estas labores fue la conformación del Grupo Intersecretarial de Salud, Alimentación, Medio Ambiente y Competitividad (GISAMAC).

Organismo que interviene para atender problemáticas de salud humana conectadas con la salud ambiental.

López-Gatell afirmó que se deben mantener vigentes las investigaciones a favor de la salud humana y su interrelación con la ecología, en los diversos sitios en donde la GISAMAC tiene intervención.

Un ejemplo es la atención a la sanidad del agua de los ríos de varias cuencas hídricas del país, como son el río Sonora que tiene afectaciones mineras y que dañan la salud de las personas. Otro caso es el Valle de México, en donde los ramales y presas del río Lerma conllevan una amplía contaminación por sistemas industriales.

Igualmente se tienen casos de contaminación de las zonas cañeras en Morelos y Veracruz, presentado metales pesados en sus sistemas industriales, que derivan en graves enfermedades de los trabajadores azucareros.

Mientras que a nivel internacional, México es de las naciones que se ha declarado contrario al uso de herbicidas que contienen glifosato, que es muy dañino para los humanos como los polinizadores y otras especies animales.

Cabe recordar que el secretario de Salud, Jorge Alcocer Varela ha dicho que esta pandemia obliga a prestar una mayor atención a la preservación de la salud  ambiental y evitar el uso indiscriminado de la biodiversidad.

El funcionario federal ha invitado a establecer una mayor sinergia de trabajos entre todos los sectores involucrados en temas ambientales y de salud humana.

Un ejemplo de la necesidad de contar con trabajos a favor de la salud y la ecología, es la necesidad de establecer un adecuado manejo de las poco más de 4,600 toneladas de residuos infecciosos derivados por el COVID-19 en los hospitales del país.

Algunos de los artículos desechados están fabricados con tejido tipo tela, compuesto de microfibras 100% polipropileno, debido a su filtración y permeabilidad, lo cual proporciona seguridad e higiene. Las caretas y los goggles son reusables y están elaborados con PVC, acrílico, PET y PETG, entre otros materiales. Mientras, los guantes son de nitrilo, látex sintético o vinilo.

Alcocer Varela considera que con la llegada del COVID-19, si bien hay afectaciones, también se han presentado oportunidades para descubrir que es posible ayudar a la recuperación de la salud ambiental.

Explicó que un ejemplo de ello es lo ocurrido en China, donde se ha visto una importante recuperación en el aire y el agua, debido a que la gente se confinó en sus casas durante la etapa más grave de la pandemia, lo cual atemperó y abrió la posibilidad de revertir toda la complejidad que enfrentan estas regiones.

78% de enfermos por COVID-19 ubicados en zonas contaminadas

De acuerdo a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), el 78% de los decesos ocurridos por coronavirus a nivel nacional se concentran en las zonas con mayor impacto ambiental, dentro de un polígono que abarca del río Santiago, en Jalisco, hasta el río Coatzacoalcos, en Veracruz.

Por su parte, Víctor Manuel Toledo, titular de la SEMARNAT, señaló que la crisis del coronavirus siempre está ligada a la crisis ecológica; es decir, “la salud humana no puede pensarse sin considerar la permanente relación con la salud ambiental”.

Indicó que en los últimos 25 años la naturaleza ha estado enviando “llamados” sobre los desequilibrios ambientales, e hizo un recuento de ellos:

  • Incendios forestales en 9 millones de hectáreas en 1997-1998: en la región amazónica, indonesia, Centroamérica, México y Canadá.
  • Canícula europea en 2003: se rompieron récords de temperatura en los principales países de Europa, sobre todo en España, Francia, Portugal, Alemania e Inglaterra, lo que ocasionó la muerte de entre 20 mil y 30 mil europeos.
  • Huracanes en 2005 en el Atlántico que alcanzaron su máxima expresión con el huracán Katrina de 2005 en Estados Unidos.
  • Sequía en Estados Unidos y México en 2011-2013, que provocó la muerte de millones de reses que afecto la agricultura.
  • Incendios forestales 2019: ocurridos en la región amazónica, Siberia, California y Australia.
  • Un último “llamado” de la naturaleza, señaló el secretario, es la actual crisis sanitaria de COVID-19.

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