Si alguna vez has experimentado la sensación de que estabas tan inmerso en una actividad concreta que has perdido la noción del tiempo o has experimentado eso de “se me ha pasado el tiempo volando”, entonces muy probablemente estuviste más cerca de experimentar el estado de Flow de lo que imaginas.
El estado de Flow o fluir es un estado emocional positivo que fue desarrollado por Mihály Csíkszentmihályi, uno de los psicólogos más prestigiosos en la investigación de la psicología positiva. El Flow es un estado emocional positivo que se caracteriza por una implicación total en la actividad que estamos realizando, sin importarnos nada más, mientras mantenemos un grado de concentración absoluto.
“En este estado, parece que tengamos el control sobre nuestro destino, sintiendo gran satisfacción, ya que la experiencia en sí misma es placentera, no importando en ese momento, ni las adversidades ni problemas que sucedan. Todo nuestro ser se encuentra concentrado en la tarea, utilizando y llevando nuestras destrezas y habilidades hasta el extremo. En el estado de Flow, nos encontramos haciendo lo que realmente queremos, siendo éste un sentimiento espontáneo de poco esfuerzo.” Comentó Elisa Furlong, especialista en desarrollo familiar, quien ha aplicado esta teoría en adolescentes, ayudándoles a descubrir y alcanzar su máximo potencial.
El estado de Flow se produce cuando las capacidades y habilidades con las que contamos se encuentran en equilibrio con aquellos retos y desafíos que la actividad presenta. Las metas, por lo tanto, serán realistas y la tarea, no resultará ni demasiado fácil ni demasiado difícil, al encontrarse en armonía con las propias habilidades.
Podemos experimentar este estado emocional positivo al realizar cualquier tipo de actividad, como por ejemplo, la pintura, la escritura, practicar algún deporte o tener una conversación con alguien. Esta felicidad puede experimentarla cualquier persona, siempre y cuando se mantenga el equilibrio entre las habilidades y la complejidad de la actividad.
“Es importante encontrar o detectar aquellas actividades en nuestras vidas que nos permitan experimentar el estado de Flow o fluidez, ya que serán las que nos permitan alcanzar la excelencia y detectar las cosas en las que somos realmente buenos, esto puede hacerlo cualquier persona y desde mi experiencia, esta teoría ha ayudado a muchos adolescentes a conocerse e identificar también aquellas habilidades que pueden desarrollar para alcanzar, desde muy jóvenes, la plenitud de dedicarse a lo que les apasiona y fluir con ello” Puntualizó Elisa Furlong, quien también es fundadora de Elisa Furlong Parenting Coach, un espacio dedicado al acompañamiento de familias.
A continuación te compartimos algunas de las características que definen al fluir:
Disminución de la auto-conciencia.
Equilibrio entre el desafío y las habilidades de la persona.
Unión de la acción y el pensamiento.
Eliminación del miedo al fracaso.
Constante sensación de sorpresa mediante la realización de la actividad.
La actividad es un fin en sí misma.
Se hace lo que se quiere hacer con seguridad.
Distorsión del tiempo.
Eliminación de las distracciones.
Recuerda que para poder alcanzar el estado de “flow” es muy importante que cuando realices alguna actividad, lo hagas buscando la máxima eficacia y no el máximo esfuerzo, esto te permitirá controlar de una mejor manera tu estado de conciencia, dejando de perseguir el éxito, y más bien, enfocándote en la satisfacción de hacer lo que amas sin exigencias fuera de tu alcance.
Si quieres saber más sobre la teoría del flow y su impacto en tu vida y la de tu familia, te invitamos a ingresar a Elisa Furlong Parenting Coach, donde podrás conocer más sobre talleres y sesiones que pueden ayudarte a atravesar estas etapas de la vida de una forma más positiva para tus seres queridos.