Una de las palabras en el ámbito de la salud más buscadas en Google, según trends es “Cáncer”, una razón de esto es porque la gente quiere saber más de esta enfermedad, sin embargo, en un mundo virtual de información se debe tener cuidado con los datos y no caer en la desinformación a causa de la saturación de múltiples artículos o notas provenientes de fuentes poco confiables.

Y es que, en México cada año se diagnostican más de 195 mil casos y no todos son por herencia genética, según el Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos (NCI por sus siglas en inglés) los hábitos de alimentación y estilo de vida aumentan el riesgo de padecer cáncer, por ejemplo, fumar, el consumo excesivo de alcohol, exponerse a radioactividad o a algunos químicos.

Por otro lado, únicamente del 5 al 10 por ciento de los cánceres son hereditarios. Las causas principales recaen en mutaciones a nivel celular que suceden durante la vida como consecuencia natural del envejecimiento y la exposición a factores ambientales como el humo del tabaco y la radiación.

Por ello, se debe invitar a la población a hacerse estudios anuales con la finalidad de prevenir y disminuir los factores de riesgo, también se habla sobre el cáncer desde otro enfoque con sustento médico y así, desmitificar esta enfermedad.

Si bien, el cáncer puede ser genético o causado por factores externos variados, hay datos con fundamentos científicos que demuestran lo siguiente:

El azúcar: consumir azúcar no causa cáncer, y, en caso de tenerlo, no lo empeora. No obstante, comer azúcar en exceso sí puede ser una causa de obesidad y está demostrado que esta enfermedad está asociada con tener mayor riesgo de padecer diferentes tipos de cáncer.

El antitranspirante: usar desodorante no causa cáncer de mama. Hasta el momento no hay ninguna evidencia que relacione las sustancias químicas que componen los desodorantes o antitranspirantes con cambios en el tejido mamario.

El uso del celular no causa cáncer, esta enfermedad se produce por mutaciones genéticas y los teléfonos emiten un tipo de energía de baja frecuencia que no hace daño en los genes.

Si los papás, los abuelos o familia directa tiene cáncer, éste se hereda. No necesariamente, sólo el 5-10 por ciento de los cánceres son hereditarios.

El cáncer sí se cura: al día de hoy, hay más de 32 millones de personas a nivel mundial que son sobrevivientes del cáncer.

El riesgo de desarrollar cáncer está presente, sea hereditario o no, de ahí la importancia de adquirir hábitos que conlleven a prevenirlo y realizar chequeos médicos para una detección temprana que permita abordar a tiempo la enfermedad y llegar a la cura.  Para prevenirlo, es importante evitar ciertos hábitos perjudiciales (factores de riesgo) como tabaquismo o el consumo excesivo de alcohol. Adoptar un estilo de vida saludable, mantener una dieta equilibrada y participar en actividad física son fundamentales. Además, modificar los hábitos tras detectar un cáncer puede mejorar significativamente la calidad de la experiencia y facilitar un tratamiento más efectivo.

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