La correcta separación de nuestros residuos para su reciclaje, no sólo evita que contaminen nuestro medio ambiente, además permite que los materiales se aprovechen para ser transformados en una gran variedad de productos, evitando con ello la extracción de más recursos naturales nuevos y fomentando la generación de miles de empleos verdes directos e indirectos.
Gracias a los esfuerzos de ECOCE y sus Asociados, así como de la industria en general, durante el 2019 se recuperaron en México más de 1,612 millones de kilogramos de envases y embalajes de PET, PEAD, aluminio, polipropileno, empaques flexibles (PEBD y BOPP) y vidrio, lo que representa un incremento del 10 % con respecto a la cantidad recuperada en el 2018.
De acuerdo con la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), cada mexicano produce en promedio 0.944 kilogramos de residuos por día. Al año, acumula 344.5 kilogramos y de ellos, 95.4 kilogramos corresponden a residuos reciclables.
En nuestro país, hoy es posible hacer Economía Circular, es decir; transformar un residuo de envase en otro nuevo totalmente limpio, o bien, a través del Reciclaje Lineal, aprovechar los residuos para la fabricación de diversos productos.
Así, el PET por ejemplo, se transforma en nuevos envases -de grado alimenticio y no alimenticio-, pero también en camisetas, cobijas, calzado, e incluso, como ha sucedido recientemente ante el COVID-19, en caretas protectoras.
Pero el PET no es el único material que tiene un valor en la industria del reciclaje. Prácticamente todos los envases y empaques de alimentos y bebidas pueden ser aprovechados:
Los empaques flexibles de Polietileno de Baja Densidad (PEBD) que por ejemplo, podemos encontrar en las bolsas de pan, así como los empaques de Polipropileno Biorientado (BOPP) como los empleados para las botanas y galletas, se pueden convertir en mobiliario urbano, tarimas, perfiles para ventanas, madera plástica y macetas.
El Polietileno de Alta Densidad (PEAD), un polímero termoplástico del que están hechos muchos envases plásticos rígidos de leche, yogures o detergentes líquidos, puede reciclarse para la fabricación de nuevas botellas, contenedores de basura, señales de tránsito y piezas industriales.
El aluminio se aprovecha para nuevos envases de lata, motores y rines de automóvil, diversas piezas industriales e incluso, bicicletas.
El cartón multilaminado como con el que se elaboran muchos envases de leches y jugos, se aprovecha para la elaboración de fibras para cartón y papel, así como para paneles de la industria de la construcción (Polialuminio).
La hojalata es útil para la fabricación no sólo de nuevas latas, sino también para todos los artículos derivados de la fundición de acero.
Los ejemplos anteriores son un claro ejemplo de que la industria del reciclaje en nuestro país, busca aprovechar y usar al máximo los recursos y, al mismo tiempo, frenar el uso de materias primas vírgenes y disminuir la cantidad de residuos.
Los esfuerzos de la industria están enfocados en dar el paso a una ‘Economía Circular’, en la cual además de Reusar, Reducir y Reciclar, agrega dos términos: Rediseñar y Repensar la idea de lo que hacemos con nuestros residuos.
“La ‘Economía Circular’ consiste en aprovechar los materiales de residuos tantas veces como podamos, para disminuir la extracción de recursos naturales que son finitos y mantener limpio nuestro entorno, evitando generar residuos. Está en nuestras manos su correcta disposición para que puedan ser aprovechados”, comentó el Ing. Jorge Treviño, director general de Ecología y Compromiso Empresarial (ECOCE), asociación civil ambiental sin fines de lucro.
Este año, ECOCE y sus Asociados implementaron la campaña de comunicación “2020: Educar para Reciclar”, que promueve la educación ambiental y el reciclaje en México. Con la frase EL FUTURO ES HOY, NO MAÑANA, nos llama a separar nuestros residuos hoy, para que puedan ser reciclados y evitar así que lleguen al medio ambiente.