De acuerdo al estudio de Consulta “Los Miedos de la nueva realidad en México”, realizada en días pasados señala que los mayores miedos de los connaciones son asistir a misa con un 97.5%, concierto en un 94.3%, asistir a un bar en un 94.1%, ir a un evento deportivo en un 92.9%, aisstir a un funeral en un 92.3%, ir al cine en un 90.1%, parque de diversiones en un 90.8%, caminar en una calle transitada en un 91.1%, mandar a los niños a la escuela en un 91.5% y asistir a una fiesta concurrida en un 92.2%.
Con porcentajes arriba del 80% se ubica el asistir a gimnasios, un restaurante, ir a un centro comercial, estar en la sala de espera de un hospital, trabajar encerrado en una oficina, viajar en avión y visitar a adultos mayores enfermos. En un nivel de medio muy bajo se ubica el pedir alimentos con una aplicación digital, cargar gasolina, jugar tenis, abrir cartas de correo.
Por último, la imagen del subsecretario de Salud federal, Hugo López-Gatell está irremediablemente ligada a la del Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), ya que su presencia se polarizó la información que brinda cada día. Lo que repercute que los seguidores del gobierno crean en un 92% en sus palabras, a diferencia del 7% de aquellos que se declaran críticos del gobierno mexicano.
Por su parte, una encuesta global inédita realizada por el ADP Research Institute en cuatro continentes, expone una visión sobre los principales temores y deseos de los trabajadores en el ámbito laboral. La encuesta, que fue realizada en los escenarios anteriores y posteriores al COVID-19, muestra cuales eran las prioridades y expectativas de las personas en relación a su lugar de trabajo y lo que cambió tras la adopción de medidas de aislamiento social y de la ampliación del home office.
La vicepresidente de Recursos Humanos de ADP en América Latina, Mariane Guerra, explica que antes de que el COVID-19 se esparciera por el mundo, las relaciones laborales venían atravesando una profunda transformación en virtud de los avances tecnológicos, las adversidades económicas y las exigencias de nuevas competencias de los trabajadores.
La primera cuestión evaluada por el estudio tiene que ver con el optimismo de los trabajadores en el ambiente laboral durante los próximos cinco años. En la primera edición de la encuesta, el 86% de los participantes manifestó sentirse optimista, en comparación con el 84% de la segunda.
Otro punto analizado en la encuesta refiere a la posibilidad del trabajo flexible. Casi la mitad (44%) de los participantes afirma que los empleadores cuentan en la actualidad con políticas oficiales de trabajo flexible implementadas, en comparación con tan solo uno de cada cuatro (24%) según el resultado anterior.
Si bien los empleos permanentes continúan siendo por lejos la opción preferida antes y después del COVID-19, las encuestas revelan que el atractivo del trabajo como independiente no disminuyó. Antes de la crisis, el 15% de todos los trabajadores (regulares e independientes) manifestaba que escogería un trabajo como independiente en lugar de un puesto permanente, si ambas opciones estuvieran disponibles.
En la segunda edición de la encuesta, ese porcentaje subió al 18%. En las dos ediciones de la encuesta, entre los países analizados América del Norte (en este caso, Estados Unidos) es la única región donde la atracción por el trabajo como independiente disminuyó. Actualmente, el 16% de los trabajadores preferiría el trabajo como independiente, en comparación con el 21% anotado antes del COVID-19.
La primera edición de la encuesta fue realizada entre los meses de noviembre y diciembre de 2019 y abarcó a 32.000 trabajadores en 17 países de todo el mundo. La segunda edición tuvo lugar en el mes de mayo del presente año -siendo por lo tanto posterior al coronavirus- e involucró a 11.000 trabajadores en 6 países (España, Reino Unido, Estados Unidos, China, India y Brasil) seleccionados como representativos de las regiones Asia-Pacífico, Europa, América del Norte y América Latina, a efectos comparativos.