En 1944, Ginette Kolinka tenía 19 años y, junto con su padre, hermano menor y sobrino, fue llevada al campo de concentración de Birkenau (Auschwitz II), en Polonia. Apenas al llegar, su padre y hermano fueron gaseados, posiblemente su sobrino también.
A través de Regreso a Birkenau, editado por Seix Barral, Kolinka comparte memorias sobre su traslado a Auschwitz, el tiempo que permaneció en esta región, el reencuentro con los suyos y su regreso, muchos años después, al lugar que marcó su vida.
Confinada a tareas extenuantes en Birkenau, Ginette supo que lo mejor, para soportar esa realidad, era obeceder: “Decido pasar lo más inadvertida posible, no sublevarme jamás, aceptarlo todo”. Y no rendirse, porque le costaría la vida: “Perder el ánimo es precipitar la muerte”.
A mediados de 1945 se reencuentra en París, en la casa que habitaba con su familia, con su madre y hermanas, quienes, como pudieron, escaparon de vivir la misma experiencia que ella.
Han de pasar algunos años hasta que la autora consigue llevar una vida tranquila: “Tuve la suerte de regresar de los campos y de recuperar enseguida una vida normal, de ser muy feliz. En la vida más vale no ser demasiado inteligente… Yo no pienso, las cosas suceden sin más, no las decido yo”.
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Durante largo tiempo Ginette Kolinka no contó nada de lo sucedido en Birkenau, ni siquiera a su esposo. Hoy, a través de sus relatos, constribuye a que no se olvide lo sucedido en uno de los episodios más oscuros de la humanidad: “Yo cuento esto, lo veo, y pienso que no es posible haber sobrevivido a ello”. Una reflexión sobre qué recordamos y cómo recordamos, de qué manera construimos nuestra historia y de qué manera las generaciones posteriores se apropian de ella.
Ginette Kolinka, es una superviviente del campo de concentración de Birkenau. A Ginette Kolinka la internaron en el campamento para mujeres. En octubre de 1944, ante el avance de los aliados, trasladaron a Kolinka al campo de Bergen-Belsen y luego a Theresienstadt, donde trabajó en una fábrica de repuestos de aviación. En mayo de 1945 fue repatriada a París, donde el 6 de junio se reencontró con algunos de sus familiares que sobrevivieron. Regreso a Birkenau es su primer libro.