Alejandro Macías, experto de Epidemiologia y control de infecciones del Instituto Nacional de Nutrición, declaró que es esencial que se use el cubrebocas, pues los virus viajan varios metros en espacios cerrados, también debe ser una prioridad su uso en sitios despejados, pues ya quedo muy claro que el peligro está en el aire.
Ejemplificó el caso de un coro musical en Washington, Estados Unidos, donde un individuo infectó a 51 personas, pese a guardar la sana distancia.
Reiteró que de usar adecuadamente este artículo se podría controlar la pandemia en dos meses, e invitó a promover que las personas lo utilice; pues si más de 60% de la gente lo usa adecuadamente se podrá regresar a una realidad más estable.
Sobre el porqué las posturas del subsecretario de Prevención de la Salud, Hugo López-Gatell y del Presidente, Andrés Manuel López Obrador, de no apostarle desde el comienzo de la pandemia al uso del cubrebocas, explicó a AM de Querétaro que “se ha reaccionado tardíamente conforme a la información que existía desde comienzo de la pandemia, pues se priorizó a la sanitización y la sana distancia, como la limpieza del hogar.
A seis meses de los primeros casos de COVID-19 en México, de los mensajes y negativas de que servía de algo el cubrebocas, aceptó que faltó liderazgo de López-Gatell y de AMLO, sin embargo, el discurso se modificó y ahora se promueve el cubrebocas. “Los líderes sociales tienen una doble responsabilidad y deben mostrarse usando un cubrebocas para ser un ejemplo, esta herramienta evita que los enfermos colapsen los hospitales”.
De acuerdo al Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos, el 86% de los mexicanos considera que los cubrebocas son muy o algo útiles para reducir la probabilidad de contagio de COVID-19,
Este organismo detalla que existe un factor clave que afecta al uso adecuado del cubrebocas, que es la falta de regularización en la venta de productos de higiene y protección ha traído una proliferación en artículos de baja calidad o “pirata” que no garantizan su efectividad y pueden poner en riesgo la salud de los mexicanos.
En el caso específico de los cubrebocas, en el mercado se pueden encontrar mascarillas de todo tipo, el estudio del CDC, cuestiona, ¿cuáles son sus beneficios? ¿cómo se deben elaborar mascarillas que garanticen protección? ¿cuáles son sus diferencias?. A ciencia cierta, son muy pocos los que pueden dar respuesta a estas interrogantes.
El uso de cubrebocas se ha convertido en una de las medidas básicas de prevención que debe asumirse para hacer frente al COVID-19. Según el CDC, su función principal es proporcionar una capa adicional que ayude a evitar que las secreciones respiratorias de una persona viajen por el aire y puedan llegar a otras.
La CDC elaboró una guía para clasificar los diferentes tipos de cubrebocas:
Respiradores o N95: diseñados para reducir la exposición a partículas grandes y pequeñas, se ajustan individualmente al usuario para garantizar un sellado adecuado.
Mascarillas médicas: son de menor ajuste, brindan una protección del 60 al 70% y deben ser usadas por personas que desarrollan actividades de riesgo medio a alto.
Mascarillas de distanciamiento social: incluye cualquier cubierta facial de tela, reutilizable y no médica, destinada a ser usada por el público en general.
Mascarillas retardantes al fuego (FR) para trabajadores industriales de la minería, petróleo, energético, etc., existen las mascarillas de DuPont Nomex, material retardante al fuego.
En el caso de México, el último estudio realizado por YouGov en asociación con el Instituto de Innovación Global en Salud (IGHI) en el Imperial College of London, colocó a nuestro país en el segundo país en el mundo en reportar mayor uso de cubrebocas.