Ariadna Montiel, subsecretaria de Desarrollo Social y Humano de la Secretaría del Bienestar federal, indicó que las regiones indígenas del país destacan por sus políticas de organización social y cuidado comunitario, reflejo de la disposición colectiva que tienen las madres solteras de esas regiones.

Comentó que la pobreza que afecta a los indígenas del país, motivo la realización del Programa para el Bienestar de Hijos de Madres Trabajadoras, que incorporará a 220 mil menores de edad de zonas indígenas, localizados en 6 mil localidades en 12 estados.

Indicó que de los menores a ser apoyados, 9 ,410 se ubican en la zona Otomí, entre las colindancias serranas de Hidalgo y Querétaro, el resto de los niños y niñas se localizan en las regiones de las regiones de la tarahumara, mayo-yaqui, huichol, purépecha, sierra de Guerrero, mazahua, sierra de Puebla y de Oaxaca.

Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), el 71.9% de la población indígena en México tiene graves rezagos sociales y viven en pobreza alimentaria.

Al respecto, María Luisa Albores, titular de la Secretaría del Bienestar del gobierno federal, declaró al periódico AM de Querétaro que tristemente existen estas regiones indígenas donde la pobreza y hasta ignorancia provoca que no tengan su documentación básica de sus niños, situación que debe ser arreglada para ser incluidos en los programas sociales gubernamentales.

En la actualidad hay 56 grupos étnicos que suman a más de 16 millones de mexicanos, habitantes de lugares inhóspitos y de difícil acceso. Habitan en las regiones más remotas del país, como montañas, cañadas y desiertos.

Además que por aspectos culturales y de género, se descalifica el quehacer cotidiano de las mujeres, “no se considera a las actividades femeninas en campo y en el hogar como un trabajo”.

Abundó que “no tienen remuneración y por equidad de género se debe atender esta necesidad, pues los dineros que se les otorga se destina a los cuidados de la salud familiar y la alimentación de sus integrantes”.

Explicó que este programa social se enfoca a las mujeres que son madres de familia sin pareja, que se caracterizan por ser muy organizadas y crear sus autoempleos como es la venta de comida, tortillas, alquilarse para la limpieza de hogares ajenos, de venta de textiles, etc.

Además que se pretende impulsar a sus hijos para que a futuro cambien las costumbres y cultura de género que afecta a las regiones indígenas.

Cabe recordar que la comunidad Otomí de Querétaro ha buscado que las autoridades establezcan la Ley de Derechos y Cultura de Pueblos Indígenas del Estado de Querétaro. Representantes de dicha etnia de Amealco de Bonfil, tuvieron oportunidad en meses pasados de entregar esta petición de atención al presidente Andrés Manuel López Obrador.

El CONEVAL indica que 20.9% de los menores de 5 años de origen indígena en el país con responsabilidad de madre soltera padecen desnutrición crónica a diferencia del 8.9% de zona no indígena.

ORGANIZACIÓN INDÍGENA AYUDA A PREVENIR ENFERMEDADES

Hugo López-Gatell Ramírez, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, de la Secretaría de Salud federal, opinó que existen comunidades indígenas que destacan por su sistema de organización comunitaria que colabora al control de enfermedades.

Ejemplificó que en Cuetzalan, Puebla, la sierra nororiental de Puebla, la comunidad de cooperativas Tosepan Titataniske, es una organización rural y de pueblos indígenas, principalmente náhuatl y totonacus, que ha establecido mecanismos de solidaridad comunitaria que le permiten enfrentar con mayor capacidad, no solamente al COVID-19, sino otros problemas de salud pública.

Mencionó que esta comunidad que se concentra en actividades agrícolas, desarrolla acciones de defensa del territorio, de recursos naturales, de alimentación saludable, logrando implantar un modelo de desarrollo y de bienestar que debería ser extendido a otras comunidades con condiciones semejantes.

En el país 25 millones de personas se reconocen como indígenas y de ellos siete millones 382 mil son hablantes de una de las 68 lenguas indígenas que se hablan en México, afirma el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI).

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