La situación generada por el COVID-19 provoca que diversos delitos han pasado desapercibidos de la imagen pública. Sin embargo, esta aparente calma del crimen es falsa. El planeta es hoy una red comercial y de información interconectada, la pandemia sólo hace que los actores criminales busquen medios adicionales para aumentar sus ganancias ilícitas.
En la trata de personas, las más vulnerables son captadas como mano de obra esclava para los sectores de manufactura, hospitalidad ilegal, agricultura y prostitución, generando unos 150,000 millones de dólares para sus captores a nivel global.
De acuerdo con el Informe Global de Trata de Personas de 2018, de la Oficina contra la Droga y el Delito de Naciones Unidas (UNODC, por su sigla en inglés), los países han detectado y reportado más casos de trata en esta época de COVID-19, siendo América Latina una de las regiones con mayor número.
Las cifras presentadas indican que el 82% de las víctimas en Sudamérica son mujeres y niñas. Esta situación se ha intensificado en los últimos años, y la pandemia profundiza esta realidad.
“La COVID-19 constituye un escenario propicio para el crimen organizado dedicado a la trata de personas. La vulnerabilidad y pérdida de ingresos fijos son clave para los explotadores ya que con facilidad hacen promesas de una vida mejor,” explicó Sebastián Arévalo Sánchez, cofundador y director Fundación Pasos Libres.
Añadió que “tenemos la responsabilidad y misión de combatir este delito de una forma más efectiva en este escenario sin precedentes, y sin duda alguna, la tecnología y los datos son nuestros grandes aliados”.
En América Latina, una proporción significativa de víctimas de la trata de personas son explotadas en la prostitución (58 a 59%) o en trabajos forzados (32 a 34%); a trata de personas también es parte integral de los negocios en torno a la provisión de servicios domésticos, a las adopciones ilegales y a la mendicidad impuesta, sobre todo en Sudamérica, según la UNODC.
Por su parte,Claudia Romanelli, Líder de Ciudadanía Corporativa IBM Latinoamérica, dio a conocer que la trata de personas, es un crimen humano y financiero generalizado que hoy ocupa la tercera posición en el ranking en la economía del crimen organizado internacional, sólo superado por el tráfico de drogas y armas, victimizando a más de 40.3 millones de personas.
Un informe reciente de la Oficina de las Naciones Unidas indica que es probable que las consecuencias económicas de la COVID-19 conduzcan a un aumento del contrabando de migrantes y la trata de personas de los países más afectados, “donde se está reclutando a destinos más prósperos, que los utiliza, especialmente teniendo en cuenta los niveles de desempleo en los países más pobres”.
Añadió que “conocemos el problema, conocemos el impacto, estamos trabajando en la solución. En primer lugar, debemos empezar a pensar en la esclavitud moderna como un crimen financiero, altamente rentable y generalizado, con consecuencias devastadoras para las personas. Según la Organización Internacional del Trabajo, la industria del trabajo esclavo se estima en 150 mil millones de dólares en todo el mundo.
Explicó que el seguimiento de la información mediante el uso de la tecnología permitirá resultados mejores y más claros en la búsqueda de sus autores intelectuales financieros.
A través de la correlación de datos complejos, que traspasan las fronteras y las instituciones, en las redes internacionales de delincuencia organizada, el sector público, las organizaciones sociales y el sector privado deben cooperar para utilizar la tecnología para atender el tema.
FOMENTAN USO DE DATA PARA ATENDER LA TRATA
Se dio a conocer la creación del primer centro internacional de intercambio de datos sobre la trata de personas, iniciativa de Stop the Traffik (STT), una ONG cofundada por IBM, y con la plataforma de IBM llamada «Traffik Analysis Hub» (TA Hub), que utiliza inteligencia artificial para recopilar, compartir y analizar datos no personales, de forma segura en la nube, para lograr patrones y tendencias de actividades criminales sospechosas asociadas al tráfico.
Para alimentar de datos esta plataforma se creó un consorcio de ONGs, instituciones públicas y privadas, incluyendo a instituciones policiales y financieras, para contar con datos que tengan veracidad al momento de cruzarlos. STT también cuenta con una aplicación móvil que permite informar de situaciones sospechosas. https://www.stopthetraffik.org/stopapp/.