Mediante un estudio global, patrocinado por la marca de preservativos “Sico” se propuso comprender cómo la actual pandemia de coronavirus está afectando el comportamiento de las personas y cómo podría afectar sus hábitos de protección sexual en el futuro. 

Después de un periodo prolongado de estrictas medidas de cuarentena y abstinencia sexual,  el riesgo de un aumento rápido en el número de enfermedades de transmisión sexual (ETS) y embarazos no planeados es real.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) sólo ha declarado dos pandemias globales: Coronavirus y VIH/SIDA, recordándonos que las ETS son una amenaza muy real para la salud, muy similar a la situación en la que se encuentra la sociedad, y al igual que el lavado de manos y distanciamiento social, el uso de condones, ralentiza la propagación de virus invisibles.

Cada día se registran 1 millón de nuevos casos de ETS que son totalmente prevenibles, cuestan millones a los servicios de salud y podrían poner en riesgo la salud de las personas a largo plazo. Por lo tanto, es fundamental encontrar una manera de hacer que las personas se tomen en serio su salud sexual de la misma manera que lo hacen con el coronavirus y cambien su comportamiento para protegerse a sí mismos y a los demás.

En esta “nueva normalidad” usar cubrebocas y guantes es una nueva rutina diaria para proteger a todos, pero parece que la apatía hacia el bienestar sexual se ha arraigado y se ha convertido en un problema que pide una cura a gritos.

El nuevo experimento de investigación, demostró que el impacto complejo del Coronavirus brinda una oportunidad para combatir las ETS porque ha afectado las actitudes de las personas hacia la protección a sí mismas y a los demás.

Con el fin de ayudar a prevenir el desarrollo de un problema de salud sexual grave, dicha marca de preservativos está lanzando la campaña “No volvamos a la normalidad” y está utilizando los hallazgos de esta nueva investigación para hacer que los mensajes sobre el uso del condón sean más efectivos, fortaleciendo la confianza cuando se trata de llevar un condón y para ayudar a desterrar las malas excusas para no usar uno, al salir del encierro.

El estudio ha confirmado que debido al largo periodo de abstinencia sexual 1 de cada 4 (26% de los encuestados) están listos para correr más riesgos en sus aventuras sexuales mientras eso signifique divertirse e incluso tener relaciones sexuales sin condón.

El 64% se preocupa más por contraer coronavirus que una ETS y tres cuartas partes de los encuestados (78%) creen que es poco probable contraer una ETS en los próximos 12 meses, a pesar de que el 57% admite no haber usado siempre condón previamente.

También se encontró que el 48% de las personas están de acuerdo en que el coronavirus los ha hecho más conscientes de otros virus y que luego de la cuarentena, el 21% de las personas están aún más conscientes de su salud y la de los demás, y solo el 18% dijeron que ahora siempre insistirán en usar condón cuando tengan relaciones sexuales, lo que eleva el total al 88%.

Esto muestra que si bien la pandemia actual es de hecho un escenario drástico, se pueden sacar algunos aspectos positivos de ella, como usarlo para recordar a las personas la gravedad de las ETS, que son completamente prevenibles y que medidas aparentemente pequeñas en comparación con la prevención del coronavirus pueden tener efectos duraderos. Esta investigación ha ayudado a basar la nueva campaña «No volvamos a la normalidad», que pide a las personas que reconsideren su deseo de «volver a la normalidad», porque la normalidad no era lo suficientemente buena.

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