Alonso Ronald Ortiz, maestro en Gobierno y Políticas Públicas por la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) y coautor del libro COVID-19: Impacto Global, indicó a este reportero que uno de los principales problemas que está presentando el combate a la pandemia es pensar que sólo es un tema de salud, cuando abarca a todos los rubros, economía, social, educación, turismo, medio ambiente, etc.
En el caso de las relaciones internacionales entre naciones en tiempos de pandemia, abundó que el Estado-Nación podría fragmentarse o reafirmarse por esta nueva realidad del mundo, así como profundizar la crisis originada por regímenes populistas.
La publicación detalla que las medidas coercitivas adoptadas por los países han llevado al confinamiento de más de 3,000 millones de personas y a la paralización de la actividad económica, también se espera que aumente la pobreza en 30 millones de persona en América Latina y hasta 500 millones de personas a nivel global.
Un ejemplo de esta situación es que el eje mundial político se está moviendo de sitio, y China se convertirá en la principal potencia global. “Igualmente las farmacéuticas, empresas trasnacionales y hasta algunas organizaciones sociales se volverán en protagonistas de gran relevancia para la sociedad”.
Aceptó que la factible vacuna de COVID-19 no está exenta de politización, que están presionando para tener pruebas apresuradas (existen 687 ensayos clínicos, 243 tratamientos terapéuticos y 95 prospectos a vacuna).
Los efectos sociales de la pandemia serán devastadores para muchos países en términos de pérdida de empleo y aumento de la pobreza, lo que requerirá la búsqueda de apoyos extraordinarios a nivel multilateral para evitar la quiebra social de esas naciones.
El maestro en Gobierno y Políticas Públicas dijo que la COVID-19 es un acelerador social, además de ser un reflejo del malestar poblacional con los regímenes gubernamentales, y el capitalismo vive una crisis no vista en décadas, pues este sistema de gobierno prometió resolver las necesidades humanas, pero la falta de camas y asistencia médica en todo el mundo es síntoma que ha fracasado.
Abundó que “la COVID-19 rompió las cadenas productivas, aumento el desempleo, la economía se fragmentó, creció el populismo, incrementó de la pobreza y ascendió la politización global, son muestras de la realidad que estableció la pandemia”.
Explicó que una de las formas que todo el mundo implementa para salir de la crisis es el fomento al multilateralismo, como es el mecanismo Covax de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para acceso a una futura vacuna que no será fácil de aplicar.
Lamentó que a nivel global diversas autoridades gubernamentales se han mostrado alejadas de la sociedad, tener un manejo inadecuado de la pandemia y está fragmentación oficial es reflejo de la falta de legitimidad social.
El libro “COVID-19: Impacto Global”, se redactó en el contexto de la pandemia y tras seis meses de la nueva realidad. Todavía es muy pronto para evaluar el impacto a largo plazo de esta pandemia en la gobernanza o en el futuro.
El libro trata de explicar la encrucijada que va definir el futuro de la humanidad. A nivel individual, cada uno de los autores busca una comprensión informada sobre los retos ambientales y otros problemas globales, para actuar de manera responsable en las decisiones, públicas o privadas que se deben tomar al respecto.
Los autores del libro también presentan tendencias y plantean objetivos para la definición de las siguientes etapas de las relaciones internacionales. Resaltan dos amenazas para países concretos, una de ellas es el populismo que adopta la estrategia de dividir para gobernar con base en el miedo y el odio, y rechaza tanto a la ciencia y la opinión experta como el diálogo y acaba por adoptar políticas públicas poco eficaces.
Otra amenaza es el fortalecimiento de la delincuencia organizada y su búsqueda de legitimidad por medio del control territorial, ambas se refuerzan en la pandemia actual.