Debido al desconocimiento del origen de las enfermedades neurodegenerativas y a que los estudios de la masa encefálica sólo puede ser realizada post mortem, resulta crucial desarrollar métodos de diagnóstico certeros, no invasivos y hechos en vida. A partir de esta necesidad, la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán de la UNAM, en el Estado de México (Edomex) gestionó la formación del BioBanco Nacional de Demencias (BND), un proyecto creado por el doctor José Luna Muñoz, director del BND y coordinado por los maestros Sandra Martínez Robles y Erik González Ballesteros.

El objetivo de este espacio es analizar los encéfalos y fragmentos de órganos pertenecientes a individuos que padecieron alguna enfermedad neurodegenerativa y de humanos sin afecciones neurológicas, para comparar el procesamiento molecular patológico de las proteínas involucradas en estos padecimientos (neurodegenerativos) y, de este modo, buscar un biomarcador específico.

El BND forma parte de la Red Latinoamericana de Bancos de Cerebros y es el primero de su tipo en nuestro país. Además, cuenta con dos registros del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI): 2085417 y 2202462, que avalan su normatividad y funcionamiento.

El doctor Luna indicó que el origen del BND data de 25 años atrás y hasta este 2020 logró su consolidación como receptor de órganos para la investigación, ofreciendo la posibilidad de otorgar distintos servicios gratuitos: diagnóstico histopatológico confirmatorio post mortem y el apoyo a estudiantes de la UNAM y de otras instituciones para realizar investigación.

Sobre este hecho, el académico explicó que la donación es indispensable porque representa un beneficio multilateral, ya que contribuye al desarrollo científico y al mejoramiento de la humanidad. El proceso de donación se realiza mediante una autorización previa de los familiares o donante, quienes deberán firmar una carta de intención para entregarla al BioBanco una vez que ocurra el fallecimiento.

La extracción de los encéfalos y fragmentos de órganos se debe realizar dentro de las 12 horas posteriores a la muerte, para evitar la degradación de proteínas. Las muestras son resguardadas en el BDN, donde se separan los dos hemisferios para su conservación y estudio: el hemisferio derecho se secciona en cortes coronales de la corteza temporal a occipital y se conserva a -80°C.

Mientras que el izquierdo se sumerge en formalina al 10%, a 4 °C. Finalmente, se procede a realizar el diagnóstico histopatológico para definir la enfermedad de la que se trata.

Las investigaciones realizadas en el BioBanco se enfocarán en los procesos patológicos de las proteínas Tau y el péptido Amiloide beta en la enfermedad de Alzheimer, ya que éstas están implicadas en el proceso de deterioro cognitivo.

De este modo, se analizan los diferentes procesos que se llevan a cabo en la enfermedad de Alzheimer, entre ellas la agregación de la proteína Tau en etapas tempranas, el procesamiento anormal, la truncación y la función normal de esta proteína, entre otros.

Pese a que en el Biobanco se estudian las diferentes demencias, han focalizado la mayor parte de sus esfuerzos en investigar el Alzheimer, ya que tiene una prevalencia del 60 a 70 por ciento en la población, principalmente en mujeres. Éste se presenta normalmente a partir de los 65 años y, cuando existe un factor genético, entre los 35 y 40 años, manifestando un proceso degenerativo más acelerado.

A futuro, el grupo de trabajo que conforma el BND planea la creación de un museo itinerante, con la finalidad de sensibilizar a la población sobre los efectos de dichas enfermedades, concientizando así a la población sobre la importancia de la donación de órganos para investigación.

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