Para muchos trabajadores el home office ha traído grandes beneficios: el principal, sin duda, es poder trabajar sin temor a exponerse al contagio por COVID-19; no obstante, esta nueva modalidad también conlleva grandes retos para gestionar y administrar tanto el trabajo eficiente como la vida personal de los empleados, ya que con esta modalidad ambos coexisten en el mismo espacio: el hogar.

“El home office es una eficiente forma de trabajo, pero debemos entender que al ser una nueva modalidad para muchas personas, tanto jefes como trabajadores, desconocen la forma de gestionar una dinámica saludable y fácilmente tienden a realizar acciones que desdibujan los límites del hogar y el trabajo.

“Antes estos límites se tenían más claros, ya que el empleado estaba físicamente en la oficina y se entendía que ese era su espacio de trabajo, pero con esta forma de trabajo no es así”, señala Andrea Rojas, Head de Recursos Humanos (RRHH) en Runa, plataforma de gestión de Recursos Humanos.

De acuerdo con una encuesta de PWC México, seis de cada 10 trabajadores dicen ser más productivos desde que realizan home office; aunque en contraste, sus niveles de estrés y horas de trabajo han aumentado considerablemente debido a mayores encargos de labores.

Nicholas Bloom, economista de la Universidad de Stanford y conocido por sus análisis en materia de home office, publicó el estudio “Las trampas de productividad de trabajar desde casa en la era de COVID-19”, en el que afirma que trabajar desde casa sin una buena administración de tiempos y espacios adecuados, combinado con el cuidado de los hijos, podría derivar en un “desastre de productividad para las empresas”.

En 2015 Bloom realizó un experimento en que mil empleados trabajaron desde casa durante nueve meses, el resultado fue: un aumento del 13% en el rendimiento, lo que significó casi un día extra de producción por semana, además de una baja del 50% en las tasas de abandono de empleados.

Con ello, el académico sustenta que el home office sí incrementa la productividad; sin embargo, la pandemia es un contexto distinto que implica muchos otros factores que influyen en la productividad como: hijos y el resto de la familia en casa, disminución de salario (en algunos casos), jefes también en su casa, falta de protocolos específicos por parte de las empresas para el home office, dinámicas de trabajo poco claras, miedo al contagio por el virus, entre otros.

Uno de los errores más comunes para hacer home office consiste en pensar que el trabajador tiene plena disposición sin importar el día u horario, ya que se asume que está en casa y que no hace otro tipo de actividades debido al aislamiento; sin embargo, “debemos recordar que la vida laboral y personal son dos cosas distintas, y que el hecho de que el trabajador esté en casa no lo hace esclavo del teléfono, ni le da una disponibilidad total”, asegura Rojas.

Por ello, Runa recomienda 7 estrategias para delimitar el trabajo en casa y mejorar no sólo la productividad, sino también la calidad de vida de los colaboradores:

Hablar con el equipo de trabajo para establecer una adecuada organización.

Mejorar la convivencia y organización familiar.

Definir y respetar horarios de trabajo y de casa.

Definir un área de trabajo en casa.

Cuidar la salud y alimentarse sanamente.

Tomarse un descanso de 10 minutos cada dos horas.

Crear una atmósfera agradable en el sitio de trabajo en casa.

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