Jesús Padilla Zenteno, presidente de la Asociación Mexicana de Transporte y Movilidad (AMTM), indicó que datos de la Dirección del Instituto de Geografía de la UNAM, señala que en un día común se realizan 130 millones de viajes en el país; sin embargo, durante la contingencia por COVID-19 estos números cayeron hasta en un 80 por ciento.

Según The World Resources Institute (WRI) el transporte público mexicano podría perder 9 mil 800 millones de pesos por la emergencia sanitaria del Coronavirus, en el estudio en el que participaron 13 ciudades con un total de 14.2 millones de habitantes, lo que representa el 18 por ciento de la población urbana de las 66 ciudades y zonas metropolitanas con más de 250 mil habitantes.

El directivo de la AMTM el impacto económico, financiero y social de la emergencia puede ser incluso mayor si se considera la contribución del transporte público colectivo a la cadena de valor de la industria del sector.

“Por este motivo, hacemos un llamado a los gobiernos a asignar fondos de emergencia y diseñar esquemas de apoyo federal para proteger el transporte público, pues podría padecer afectaciones que dañarían la movilidad de forma permanente”, dijo.

“Se debe reconocer al transporte público colectivo como un componente esencial para la superación nacional del impacto de la crisis sanitaria, así como sus dimensiones sociales y económicas. Se requiere una visión de Estado”, añadió.

La pandemia está generando un enorme impacto económico, las políticas de confinamiento causaron una reducción de hasta 80% en la demanda de transporte público, lo que se tradujo en una gran pérdida de ingresos en los tres meses y medio de mayor emergencia. Mientras que en la nueva normalidad, las cosas se vienen actualizando, la demanda del transporte está aún en alrededor de 50 por ciento de la que era antes de la pandemia.

En este contexto, las empresas concesionarías y operadores se han visto obligadas a tomar iniciativas muy difíciles, sobre todo para ponderar la salud de sus colaboradores, preservar sus fuentes de empleo y resguardar la sustentabilidad de la empresa en el largo plazo.

“El transporte público en México registra la peor caída de su historia, es uno de los sectores más golpeados por la crisis sanitaria, en todo el país; empresa y operadores ven cómo la emergencia ha dejado taxis y autobuses totalmente vacíos”, recalcó.

De acuerdo con el Instituto Mexicano del Transporte (IMT) y con datos de Moovit, casi todas las ciudades en América Latina registraron una notable caída de uso, desde 53.5% en Belo Horizonte, Brasil, hasta 85.6% en Bogotá, Colombia.

Puntualizó que “el transporte público depende de las tarifas y los subsidios, por lo que será inevitable la pérdida de ingresos. Además de estas pérdidas, el aumento de los costos por la limpieza frecuente de los vehículos puede suponer una carga financiera adicional para las empresas de transporte público”.

De acuerdo con especialistas, algunas de las soluciones en la nueva normalidad es fomentar el nulo contacto de los operadores con los usuarios en los vehículos de transporte público y replicar el cobro del pasaje como se realiza en sistemas como el metro o el Metrobús.

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