El representante de la OPS en México, Christian Morales, lamentó que la intervención del hombre sobre el medio ambiente que no ha sido controlada y debe ser más responsable, de otra manera, se seguirán presentando estos problemas de virus que dañan al salud humana.
Expresó a este reportero que en la medida que los seres humanos no somos responsables del medio ambiente, lo intervenimos de forma equivocada y de manera irresponsable, deteriorando las condiciones de los ecosistemas nos encontraremos de patógenos desconocidos y descubrir enfermedades desconocidos para el hombre.
El cuidar al medio ambiente, da una vida sostenible, sino que ayudará a controlar enfermedades; debemos pensar que en nuestro bienestar sanitaria.
Abundó que la salud de las naciones requiere una inversión superior al 6 por ciento del PIB, sin embargo en Latinoamericana apenas se rebasa el 3 por ciento del PIB en sus sistemas de sanidad.
Ejemplificó que los problemas de contaminación atmosférica de las ciudades latinoamericanas, que provoca muertes prematuras y enfermedades respiratorias y estamos muy preocupados de ello, pues esta contaminación acelera y coloca más condiciones de peligro de males como COVID-19.
Cabe mencionar que los contaminantes del aire, como el ozono y las partículas PM10 y PM2.5 incrementan significativamente la irritación e inflamación del sistema respiratorio y favorecen la morbilidad inducida por los virus, reduciendo la capacidad inmune del organismo frente a virus y bacterias, que se refleja en el incremento de todo tipo de enfermedades respiratorias, como es la COVID-19.
En otro tema, indicó que la Organización Mundial de la Salud (OMS) antes del 2019 y con otras enfermedades focaliza que los movimientos antivacuna que son un grave riesgo, por sus fundamentos religiosos, esotéricos y conspiracionistas, que se piensa que las vacunas controlan al mundo, aspecto muy grave, que provoca que otras enfermedades como la COVID-19 no se controlen.
Se estima que nueve mil personas fallecen de forma anual en el Valle de México (compuesto por la Ciudad de México y Estado de México, que conjuntan a poco más de 24 millones de individuos) por la mala calidad del aire por año, así lo dio a conocer la Comisión Ambiental de la Megalópolis.
Este organismo federal indica que a nivel nacional, son pocos más de 21 mil las muertes que pudieran evitarse en el país, si se tuvieran medidas que reduzcan los altos índices de contaminación de diversas zonas urbanas como son ciudades fronterizas o del bajío, que aglomeran a grandes industrias contaminadoras.
Sin embargo, el gobierno federal –especialmente la Secretaría de Medio Ambiente (Semarnat)- y la industria de vehículos pesados en México han postergado el calendario de entrada de la NOM-044, para uso de vehículos certificados bajo estándares EPA 2010 / EURO VI, estándares que eliminan hasta el 99% de las partículas PM2.5 y reducen más del 90% de los óxidos de nitrógeno (NOx) de los vehículos a diésel.
El argumento utilizado fue que la emergencia sanitaria por la COVID-19 afectó la fabricación e importación de los vehículos pesados y que ante esta coyuntura los fabricantes requieren un periodo para ajustarse.
Por su parte, Gerardo Ceballos, investigador del Instituto de Biología de la UNAM, declaró a este reportero que “tenemos sapiencia que la contaminación del aire, del agua y los suelos, hace que las personas sean más susceptibles a las enfermedades y más proclives a contagiarse de males como es la COVID-19”.
Según cifras del Instituto Nacional de Salud Pública en México, entre los mayores agentes contaminantes del ambiente en México destacan las partículas sólidas, líquidas, el polvo, cenizas, hollín, metálicas, cemento o polen, así como el ozono, dióxido de nitrógeno, dióxido de azufre y monóxido de carbono.