Ante la lentitud de la vacunación contra la pandemia de países emergentes como México se presenta una nueva vertiente en el turismo: los viajeros antiCOVID-19, que se realiza para conseguir ser inoculados ante el coronavirus.

En México se presenta el fenómeno de connacionales que cruzan la frontera con los Estados Unidos y recibir la vacuna antiCOVID-19, debido a que en nuestro país la llegada de estas ampolletas es muy lenta. A diferencia de la Unión Americana que ya aplica la ampolleta en estacionamientos, centros comerciales, puestos de vacunación, etc.

Jorge Baruch, maestro en Ciencia Política en Salud Global y jefe de la Clínica del Viajero, declaró a este reportero que el turismo de vacunas COVID-19 ha rotó muchos paradigmas y es una actividad nunca antes vista.

“Ya existía el turismo médico, que se realizaba para adelantar operaciones de alguna extremidad del cuerpo, cirugías estéticas o reconstructivas, dentales, etc., que son muy caras en determinadas naciones. Ahora se presenta un fenómeno impensado, que quizá baje de intensidad en un año y medio, cuando la vacuna sea de más acceso en el mundo”.

El experto en salud internacional abundó que esta situación provocó que el estado de Florida (que ha vacunado a más de millón y medio de personas) informe que establecerá medidas para controlar el turismo antiCOVID-19 y en los puestos de aplicación solicitarán una tarjeta de identificación de residencia en Estados Unidos.

“El viajero antiCOVID-19 es una situación y movimiento social impensado, que nadie se imaginaba que pasaría. Lo lamentable es que se vaya a prohibir que las vacunas se concentren sólo en población local”, dijo.

Este fenómeno, que se presenta en los Estados Unidos, analiza que sucederá en unos meses en el sureste de México, pues los países centroamericanos y caribeños por su situación de pobreza, serán de los últimas en acceder a vacunas y es de esperar que los flujos de migrantes busquen ser vacunados en suelo nacional.

“No olvidemos que el gobierno de México ha dictado que la vacuna no se le negará a nadie, que será de acceso universal, simplemente que se pedirá se respete los rangos de edad que se tienen señalados para acceder a la misma”.

Agregó que “el turismo médico antiCOVID-19 como el de otros rubros sanitarios podrá estabilizarse en unos dos años, dependiendo del control de los contagios y que el personal médico que está dando prioridad a la atención de enfermos de coronavirus, pueda regresar a la atención de otros procedimientos clínicos”.

QUÉ SIGNIFICA EL TURISMO MÉDICO

La Medical Tourism Association, detalla que alrededor de 14 millones de personas en el mundo viajan a otros países en busca de atención médica, lo que representa una derrama económica de 100 mil millones de dólares, con una tasa de crecimiento anual del 25 por ciento y alcanzará los 273 mil 72 millones de dólares al 2027.

Durante las próximas décadas se espera que aumente la población de la tercera edad en América del Norte y Europa, por lo que la demanda de los servicios del turismo de salud se incrementará, debido a la necesidad de atender a dicho sector poblacional.

Actualmente, naciones como Estados Unidos, Cuba, Costa Rica y México, son los principales mercados del turismo médico en el continente americano.

La Secretaría de Turismo federal informa que México –antes de la pandemia-, tenía un flujo anual de 3 millones de personal del segmento de turismo médico, quienes dejan una derrama económica superior a los 23 mil millones de dólares de forma anual; Baja California, Tamaulipas y Quintana Roo, son los estados más socorridos por estos turistas.

Se estima que el turismo médico sea un nicho que impulse la reactivación de esta actividad, un ejemplo es que en 2019, 1.1 por ciento de los estadounidenses viajaron a otras naciones para realizarse tratamiento médico.

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