WWF lanzó la campaña el #ReyJaguar para urgir a 14 gobiernos de América Latina a que cumplan su compromiso con el Plan Jaguar 2030, una hoja de ruta lanzada en 2018 que, a tres años de vigencia, reporta avances mínimos en el fortalecimiento de las medidas de protección al felino y su hábitat, y en los beneficios a las comunidades asentadas cerca de los paisajes donde vive esta especie.
Con esta campaña, WWF enfatiza la importancia del felino más grande y majestuoso de América y pedirá a los gobiernos de Argentina, Brasil, Belice, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú y Surinam que avancen en la implementación del Plan Jaguar 2030 y pongan en marcha los esfuerzos de conservación a través de cuatro vías de acción: cooperación regional; desarrollo e implementación de estrategias nacionales; prácticas productivas amigables con el jaguar, y financiamiento sostenible en 30 paisajes prioritarios. Asimismo, exhorta a Guyana, Guayana Francesa, Nicaragua y Venezuela a sumarse a la iniciativa.
Este llamado se hará mediante el trabajo directo con los líderes de las naciones involucradas y a través de una petición que podrá ser firmada por ciudadanos de todo el mundo en el sitio elreyjaguar.org, que busca llegar a 50 mil participantes. El exhorto ciudadano también será presentado en distintos foros internacionales durante el 2021.
La campaña también incluye videos, infografías, mensajes de redes sociales y la participación de influencers latinoamericanos como Los Polinesios, Ántrax, Andrew Ponch, Claudia Bahamon, Gabriela de Faría y Xime Ponch, quienes hablarán de las principales amenazas que enfrenta el jaguar, las acciones urgentes para su preservarción y reforzarán el llamado a la ciudadanía a unirse a la petición. Con cada firma, la imagen de un jaguar avanzará de manera simbólica en el sitio web a través del Corredor Jaguar. La ruta virtual del #ReyJaguar iniciará en el norte de México y concluirá en el norte de Argentina.
“Tenemos una oportunidad única de echar a andar un plan audaz y ambicioso que ayude a detener la pérdida de biodiversidad en Latinoamérica, pues el jaguar habita en exuberantes bosques tropicales, sabanas, praderas, cadenas montañosas, desiertos y humedales; su presencia es indicadora de la salud de los ecosistemas”, dijo Roberto Troya, Director Regional de América Latina y el Caribe de WWF. “Dado que su hábitat es rico en biodiversidad y aporta servicios ambientales como agua, aire, medicinas y la polinización de cultivos, entre otros, conservarlo apoya el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sustentable”, agregó.
Se estima que más del 80% de la población total de jaguares (57 mil de un total de 64 mil) viven en Brasil. Las subpoblaciones que se encuentran fuera de la Amazonía están amenazadas debido a la poca extensión de su hábitat, el aislamiento, una protección deficiente y una alta densidad de población humana. En El Salvador y Uruguay está extinto, mientras que en Estados Unidos prácticamente está desaparecido.
El Plan Jaguar 2030 incluye propuestas de protección que mitigan el conflicto entre el humano y la especie, conectan y protegen los hábitats del felino, estimulan oportunidades de desarrollo sustentable y apoyan el bienestar de las comunidades y pueblos indígenas que coexisten con él. Se enfoca en fortalecer el Corredor Jaguar, asegurando la conectividad de 30 paisajes prioritarios, a fin de garantizar la movilidad de la especie y su sobrevivencia a largo plazo, pues ésta requiere de grandes extensiones de territorio para encontrar pareja y sobrevivir.
Esta iniciativa es promovida por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y las organizaciones de la sociedad civil Panthera, Wildlife Conservation Society y WWF, con trabajo a escalas nacionales, transfronterizas y regionales.
“La pandemia de COVID 19 ha impactado a la población de América Latina al afectar negativamente el crecimiento económico, incrementando la pobreza y la desigualdad. Hoy más que nunca, necesitamos políticas públicas sostenibles. Los líderes de Latinoamérica tienen la oportunidad de vincular sus esfuerzos de recuperación verde, azul, limpia y resiliente con la protección del jaguar, no solo como un felino emblemático del continente, sino también como una especie paraguas, cuya conservación puede beneficiar a muchas otras, salvaguardar grandes extensiones del hábitat, contribuir a alcanzar los objetivos climáticos y promover el bienestar de las comunidades humanas, señaló Carlos Manuel Rodríguez, Presidente del Fondo Mundial para el Medio Ambiente.
WWF contribuye al Plan Jaguar 2030 con una estrategia que favorece a 15 de los 30 paisajes prioritarios para la especie, ubicados en áreas definidas por científicos en la región y delinea acciones hasta el 2030. Al proteger al jaguar y su hábitat se generan beneficios para 53 millones de personas que viven en su área de distribución. De ahí la importancia de sumar las voluntades de gobiernos en los ámbitos regional, nacional y local con el fin de reactivar este plan”, aseguró Margaret Kinnaird, Líder de la Práctica de Vida Silvestre, WWF Internacional.
La conservación del hábitat del jaguar es también fundamental para la subsistencia y continuidad cultural de los pueblos originarios de Latinoamérica, que enfrentan junto al felino amenazas como deforestación, destrucción de bosques por la ampliación de la frontera agropecuaria, proyectos mineros y de energía no sostenibles, incendios forestales y urbanización. En particular, la conservación del Corredor Jaguar contribuirá significativamente a la mitigación del cambio climático, pues abarca bosques que cubren más de 4.80 millones de km2 y capturan importantes cantidades de carbono estimadas en 125.90 gigatoneladas.
“El jaguar es el espíritu del hombre, es el wandra en idioma embera, y en idioma guna es el burba, un ser fuerte que protege los bosques, el que nos guía y abre nuestros caminos. Necesitamos conectar a las nuevas generaciones con estas historias y leyendas, y vincular este conocimiento con la conservación del jaguar, cuyas poblaciones están disminuyendo”, dijo Iguaigdigili López, Presidenta de la Organización de Mujeres Indígenas Unidas por la Biodiversidad de Panamá.
“Desde 2020 recopilamos y sistematizamos el conocimiento tradicional sobre los jaguares a través de talleres y entrevistas con los sabios de las comunidades. Asimismo, brindamos información para la conservación de estos felinos y otros animales silvestres en el golfo de Guna Yala, en Panamá, pues es nuestra misión reducir las prácticas negativas que afectan el buen convivio entre los felinos y el hombre, así como buscar alternativas que generen una nueva relación y un mayor conocimiento sobre la importancia del jaguar en nuestro entorno natural”, concluyó.
WWF trabaja desde hace más de una década en la conservación del jaguar con actividades que incluyen el monitoreo de las poblaciones y sus presas a fin de conocer las tendencias poblacionales y la ecología del felino; la implementación de actividades que reduzcan el conflicto humano-jaguar; y el desarrollo de mecanismos financieros dirigidos a la conservación y vinculación con el sector privado para generar cambios transformacionales.