La Iglesia de Jesucristo de los Últimos Días, que congrega en México a la segunda comunidad de esta religión más grande en el mundo, con 1 millón 480 mil 757 feligreses, expresó su confianza total en las vacunas contra el COVID-19 como herramienta indispensable para la protección a la vida de todas las personas miembros de la comunidad y personas en general. 

Desde siempre la Iglesia y sus miembros han creído firmemente en que la fe, la educación y la ciencia deben coexistir como pilares indispensables para lograr mejoras constantes en la calidad de vida, las oportunidades y la salud de los seres humanos, motivo por lo que insta a todos los miembros de su comunidad a protegerse a sí mismos y a sus propios hijos, hermanos, madres, padres y abuelos mediante la inmunización contra el COVID-19.

Mediante esta invitación, la Iglesia puntualizó que todos los seguidores son responsables de tomar sus propias decisiones sobre la vacunación, pero recomendó a las personas que busquen asesoría médica competente para recibir instrucciones profesionales si deciden vacunarse, lo cuál les permitirá conocer las medidas sanitarias, necesidades especiales e indicaciones de salud requeridas por cada uno de los miembros de esta comunidad y sus familias.

Como medida de prevención temprana, durante el inicio de la contingencia sanitaria, la Iglesia canceló inmediatamente las reuniones, cerró los templos, capillas y restringió otras actividades para incentivar el ser responsables con la salud de los creyentes y la sociedad en general, contribuyendo así en la contención de la pandemia.

La ayuda humanitaria ha sido siempre uno de los fundamentos principales de la Iglesia por lo que, empezando en 2020 a través de su organización humanitaria Latter-day Saint Charities, la Iglesia ha ayudado a financiar 168 proyectos en 46 países, haciendo llegar la ayuda a 116 millones 819 mil 870 personas alrededor del mundo.

Esta organización brinda apoyo monetario a destacados socios globales de inmunización para obtener y administrar vacunas, monitorear enfermedades, responder a brotes, así como capacitar y proteger a los trabajadores de la salud en México y el mundo, especialmente durante la pandemia actual.

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