Sin capital natural no es posible alcanzar el desarrollo saludable con bienestar; se requiere con urgencia una cultura que incorpore el respeto al medio ambiente y la creación de un código universal de valores al respecto, señalaron los biólogos Julia Carabias Lillo y José Sarukhán Kermez.
Consideraron necesario que se comprenda el significado del concepto desarrollo sustentable, porque así habrá entendimiento y una mejor cultura de lo que se requiere en relación con temas ambientales, a fin de avanzar y alcanzar el equilibrio e interacción entre los aspectos social, económico y ambiental.
José Sarukhán Kermez, exrector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señaló que la sociedad debe realizar una serie de transacciones entre el desarrollo económico, el bienestar social y el mantenimiento de sistemas ecológicos, aunque ello dependerá de cada país.
No existe forma de desarrollo en una sociedad cuando el capital natural se ha dañado, al extremo de que las opciones de bienestar, desarrollo y crecimiento de una población o de un país, simplemente desaparecen, añadió.
De hecho, prosiguió, existe un ejemplo en el planeta: Haití, donde el capital natural se ha perdido prácticamente, casi no queda vegetación y a los fenómenos naturales les afecta enormemente, además de perjudicar su capacidad de resiliencia.
Resaltó la necesidad de ser sensibles al impacto al medio ambiente que se genera por las actividades humanas, consumismo, alimentación y desechos, para darnos cuenta realmente de que contribuyen a la emisión de gases de efecto invernadero, a la destrucción de ecosistemas, así como a la contaminación de ríos y mares.
“Ese es el punto al que deberíamos llegar con una cultura adecuada, a decir lo que queremos; no podemos continuar con una acumulación de bienes físicos”, hemos perdido la posibilidad de tener un desarrollo más cercano a las cuestiones que nos hacen felices, con una mejoría personal.
El titular de la Comisión Nacional del Uso y Preservación de la Biodiversidad (CONABIO) dijo que la crisis sanitaria que vivimos en el mundo es resultado directo de ese impacto terrible sobre los ecosistemas naturales.
Debemos cambiar nuestra manera de pensar y analizar que esas estructuras que hemos desarrollado van contra las leyes que rigen el funcionamiento de la parte viva del planeta; para ello se requiere investigación, apegarnos a las formas de mantener nuestra relación de bienestar con la naturaleza y, al mismo tiempo, preservar los ecosistemas.
“Como humanidad no debemos salirnos de los sistemas ecológicos estables y funcionales para dar el salto a una destrucción de la civilización, a una pérdida de los valores humanos y a una destrucción de la trama social de cada uno de los países”, apuntó.
A su vez, Julia Carabias Lillo, profesora de la Facultad de Ciencias (FC) y doctora Honoris causa por la UNAM, indicó que no se puede lograr un desarrollo saludable con bienestar si hemos destruido la naturaleza, el capital natural, razón por la cual corresponde a los economistas hacer un esfuerzo para poder comprender esta situación.
Expuso que sobran razones para argumentar “ya no la necesidad, sino la urgencia absoluta de una cultura que incorpore el respeto al medio ambiente y de crear un código universal de valores en consecuencia”.
En México, prosiguió, debe apuntalarse la información que genera la ciencia, como la que produce la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, por ejemplo, y hacerla accesible para que incida en la toma de decisiones de políticas públicas.