La emergencia sanitaria por COVID-19 dejó en evidencia desigualdades que impiden que toda la población se adhiera a las medidas de higiene; el constante lavado de manos y limpieza de superficies son actividades esenciales pero imposibles de realizar para comunidades que poseen un poco o nulo acceso al servicio básico de agua potable.

Por ello, la organización TECHO México se dio a la tarea de realizar un levantamiento de información en asentamientos populares de 7 estados de la república –incluido Querétaro- con el fin de detectar las principales necesidades al comienzo de la pandemia por COVID-19, dejando en evidencia el deficiente acceso a agua potable de las comunidades, es máximo del 30 por ciento de los hogares de estos cinturones de pobreza.

De esta manera, se busca instalar 302 sistemas de captación de agua de lluvia familiares y 10 sistemas comunitarios en comunidades de los siete estados donde trabaja la organización, cada sistema instalado se tradujo en  acceso gratuito a más de 16 mil 800 litros de agua anuales, lo que además implica en un ahorro económico para las familias de alrededor de 4,200 pesos anuales por familia, equivalente a un mes de sus ingresos y un ahorro de 5 horas semanales destinadas a la recolección del vital líquido.

Habitar una vivienda construida con materiales sólidos y que protejan adecuadamente a sus habitantes es un elemento indispensable, al igual que disponer de servicios básicos como el agua, debido a que estos elementos impactan en las condiciones sanitarias, la salud y la calidad de vida de las familias.

De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020 realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) el 3.5 por ciento de la población mexicana no posee servicio de agua potable, con esta cifra pareciera que el esfuerzo de las autoridades en materia de agua y saneamiento se han alineado al compromiso internacional de garantizar los derechos humanos en este ámbito; no obstante este porcentaje se traduce en más de 4 millones 410 mil, 490 personas en nuestros país que no tiene acceso a este servicio.

La vulneración del derecho al agua es una constante en nuestro país, que se acrecienta entre la población en situación de pobreza y se agrava aún más en los asentamientos populares, pues si bien es una obligación de los gobiernos brindar el acceso al agua, un trabajo en conjunto entre la autoridad y la población puede hacer la diferencia para estas familias que no tienen acceso al vital líquido.

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