¿Los humanos son los únicos seres pensantes e inteligentes en la inmensidad del tiempo y el espacio? En octubre de 2017, científicos del observatorio Haleakala, en Hawái, detectaron un objeto interestelar en movimiento próximo a la Tierra. Avi Loeb, catedrático de Astronomía de Harvard, sugirió que Oumuamua, “mensajero” o “explorador” en hawaiano, era la evidencia de vida y tecnología extraterrestre en el espacio.
Entonces se desató el que probablemente sea el debate científico más relevante en décadas. En Extraterrestre, libro de la editorial Planeta, Loeb analiza los indicios, comprueba las hipótesis y plantea las consecuencias de las posibilidades de que la vida terrestre no sea la única existente. Además, cuestiona: ¿estamos preparados para aceptar que no somos únicos?
“Como físico, me fascina la omnipresencia de las leyes físicas que regulan nuestra existencia en este pequeño planeta que nos acoge (…) Y durante un largo periodo de tiempo, desde mucho antes de la llegada de Oumuamua, he albergado una idea fundamental: la omnipresencia de estas leyes naturales sugiere que, si hay vida inteligente en algún otro lugar, casi seguro que estará formada por seres que reconocen estas leyes omnipresentes y que están impacientes por ir donde los lleven los indicios, encantados de teorizar, recopilar datos, probar teorías, pulirlas y volverlas a probar. Y en último término, igual que ha hecho la humanidad, de explorar.”
Con honestidad y sin pretensiones, Loeb provoca el cuestionarnos sobre lo que se nos ha dicho de la vida fuera de la tierra y nos anima a mirar al universo con ojos más curiosos. El grueso de los indicios con los que lidia el libro, fueron recabados durante 11 días, plazo cedido para observar al primer visitante interestelar conocido y que permite al catedrático afirmar que el objeto fue creado por una civilización inteligente que no reside en la Tierra, una hipótesis científica con relevancia para la civilización humana y cualquier tipo de vida.
Avi Loeb es catedrático de Astronomía de la Universidad de Harvard, fundador y director de la Black Hole Initiative de Harvard y director del Instituto de Teoría y Computación del Centro Harvard-Smithsonian de Astrofísica. Forma parte del consejo asesor del Starshot Project, es director de Ciencia de la Breakthrough Prize Foundation y miembro de la Academia de Física y Astronomía. Es miembro de la American Academics of Arts & Science, la American Physical Society y la International Academy of Astronautics. Ha publicado cuatro libros académicos y 700 publicaciones científicas sobre el nacimiento de las estrellas, los agujeros negros, el futuro del universo y la búsqueda de vida extraterrestre. En 2012, la revista Time lo seleccionó como una de las personas más influyentes sobre el espacio.