De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, cada año se recolecta en el mundo una cantidad estimada de 11.200 millones de toneladas de residuos sólidos, de las cuales solo un bajo porcentaje es reciclado. Por ello, la UNESCO declaró el 17 de mayo como el Día mundial del reciclaje con el objetivo de generar conciencia e incorporarlo a diferentes sectores.
A pesar de que en México la tasa de reciclaje sigue siendo una de las más altas de América Latina, con una tasa anual del 30%. En los últimos años, este tema ha cobrado relevancia entre diferentes asociaciones, fundaciones, corporativos y consumidores quienes han reconocido la importancia del reciclaje y los beneficios que tiene tanto para el medio ambiente como para la sociedad.
En busca de fomentar la reducción de desperdicios, materias primas y recursos naturales, se ha popularizado un modelo de negocio de reciclaje que tiene como fin maximizar el uso de los recursos: la economía circular.
Diariamente son consumidos millones de empaques que recubren productos de higiene, hogar, entretenimiento, e-commerce, entre otros, que al llegar al consumidor final son automáticamente desechados, lo que produce una gran cantidad de desperdicios. Una de las soluciones para ampliar el ciclo de utilidad de los empaques es el modelo de economía circular que permite fabricarlos con el mayor porcentaje de material reciclado, analizando múltiples aspectos como el diseño, la exhibición y la manera en cómo son desechados.
Entre las ventajas de adoptar un modelo circular se encuentran:
La reducción de residuos e impacto ambiental.
El desarrollo de nuevo modelos de negocio y servicios empresariales sustentables.
La creación de oportunidades de empleo.
La entrega de un mejor producto para el consumidor final, quien encuentra un gran valor en los empaques ecofriendly.
Actualmente muchas empresas aplican una estrategia de economía circular para ofrecer soluciones sostenibles en toda su cadena de suministro. Por ejemplo, la marca de empaques de cartón Smurfit Kappa, emplea al 100% materias primas renovables y sostenibles para la producción de embalajes, utilizando subproductos orgánicos, como biocombustible, y reutilizando fibras separadas por tratamiento con agua en el proceso de fabricación de papel.
Algunas recomendaciones para impulsar la economía circular en los procesos de una empresa son:
Invertir en las operaciones para instaurar sistemas de reciclaje y ajustar sus políticas de cuidado del medio ambiente.
Participar en certificaciones de protección ambiental.
Colaborar con organizaciones locales para encontrar usos alternativos de los materiales, creando oportunidades de negocio a nivel local.