El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) analizó el comportamiento de distintas tecnologías de generación de energía eléctrica en México en años recientes con el propósito de identificar los efectos de las políticas públicas del Gobierno federal en materia de despacho eléctrico; es decir, en el mecanismo empleado para determinar qué centrales y en qué momento inyectan su energía a la red eléctrica.

Se encontró un incremento sostenido en la generación de energías limpias en los últimos años a partir del análisis de la información pública que reporta el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace). Entre el primer trimestre de 2017 y el primer trimestre de 2021 la energía limpia creció un 55.1%.

Este incremento, aunado a la reducción en un 5.7% de las energías provenientes de fuentes convencionales que hacen uso de combustibles fósiles, durante ese mismo lapso, explica el aumento observado en la participación de las energías limpias en la matriz de generación de energía eléctrica del país. Mientras que en los tres primeros meses de 2017 el 17.9% de la electricidad del país se generó mediante tecnologías limpias, en el primer trimestre de 2021 aumentó hasta el 26.4%.

Aunque el comportamiento en la generación de energías limpias durante este periodo es contradictorio con las acciones de política pública emprendidas por el Gobierno federal a partir de diciembre del 2018, es posible señalar que el incremento en la generación de energías limpias obedece a las políticas previas a ese mes y año, las cuales estuvieron enfocadas en el desarrollo de un mercado eléctrico con libre entrada de participantes en el segmento de generación.

Dado que la generación eléctrica depende de las decisiones de inversión y del desarrollo de proyectos multianuales iniciados varios años antes de que una planta empiece a operar, los incrementos en la participación de generación limpia en el total de generación eléctrica del país son consecuencia del clima de inversión y del marco jurídico y regulatorio vigente hasta hace al menos tres años. Dicho incremento no obedece a los intentos realizados desde la Presidencia de la República, la Secretaría de Energía (Sener), la Comisión Reguladora de Energía (CRE) y la propia administración de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para regresar a la centralización de la generación eléctrica en la CFE.

En la medida en que se materialice la implementación de las distintas políticas energéticas que ha impulsado la presente administración; especialmente en el caso de que entre en vigor la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica (LIE), actualmente suspendida, existe la posibilidad de que dicha tendencia de crecimiento inercial no solo se desacelere, sino que se revierta, lo cual tendría serias consecuencias para las familias y las empresas mexicanas en aspectos que van desde la salud pública y el cuidado del medio ambiente, hasta la capacidad de México para atraer y retener inversiones y talento.

 

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