La sequía que enfrenta el campo agrícola mexicano derivada del cambio climático, ha provocado que entre enero y mayo de este año 361 mil hectáreas de cultivo hayan resultado siniestradas –365% más que en el mismo periodo de 2020-, y ocasionado la pérdida de aproximadamente 1 millón de cabezas de ganado, así como la caída en la producción de maíz, trigo, arroz, frijol y sorgo, principalmente, lo que está ejerciendo presión sobre los precios internacionales, y aumenta nuestra dependencia alimentaria de cultivos básicos.
Frente a ese escenario, especialistas en materia agropecuaria y cambio climático se pronunciaron por crear políticas públicas de largo plazo para contar con un sistema hídrico sustentable, reducir las emisiones de efecto invernadero, y facilitar el acceso de los productores a las tecnologías que les permitan un mejor aprovechamiento de los recursos naturales, pues advirtieron que las sequías, y también las inundaciones, serán cada vez más frecuentes “porque el cambio climático ya está aquí, y no se va a ir”.
Durante el seminario El problema de la sequía y su impacto en el campo mexicano, Luis Fernando Haro, director general del Consejo Nacional Agropecuario (CNA), señaló que la sequía ha provocado retraso en las siembras, daños en el ecosistema por la erosión de suelos, y la pérdida de ingresos de los productores, situación que destacó, no es exclusiva de México, sino también de otros países como nuestro principal socio comercial, Estados Unidos, lo que hace prever que habrá aumento de precios en algunos de los commodities agrícolas.
Agregó que para hacer frente a las futuras sequías se debe generar una cultura para hacer mejor uso del agua y de administración de riesgos, y aplicar la tecnología en el agro mediante sistemas de riego por goteo, micro aspersión, y el uso de semillas mejoradas que son más resistentes al estrés hídrico.
“Lo que tenemos enfrente es un problema público-privado. Cómo adaptamos las tecnologías más sustentables que ayuden a la mitigación del cambio climático que no sólo aumenta la frecuencia de los fenómenos meteorológicos, sino también la intensidad de los mismos. Hay que generar políticas públicas con visión de largo plazo; no sólo pensar qué vamos a hacer el próximo año, sino con una visión de 30 a 50 años”, estableció.
Sol Ortiz García, directora general de Atención al Cambio Climático en el Sector Agropecuario de la Secretaría de Agricultura (Sader), quien coincidió que es menester contar oportunamente con las herramientas que permitan enfrentar las futuras afectaciones climáticas en el campo. Es decir, tener una visión integral que ayude a prever y generar mejores condiciones sustentables para la producción.
“Tenemos que producir más con menos. Ser mucho más eficientes en la producción haciendo un uso eficiente del agua, e incluso en menos extensión de tierra”, apuntó.
A su vez Cristian Flores, líder de Proyectos Tecnológicos Sustentables en la División Agrícola de Bayer México, informó que la empresa ha trabajado y encontrado diversas tecnologías y herramientas para mejorar el riego de cultivos, como por ejemplo haciendo un mejor aprovechamiento del agua de lluvia y acortando las tiradas de surco que es donde se pierde mucha agua.
“Una variable que es medular es el tema de riego. Podemos hacer muchos esfuerzos adicionales para apoyar a los productores, pero si no somos efectivos en el riego, las afectaciones sobre nuestro principal recurso, el agua, pueden oscilar entre 50 y 60 por ciento”, indicó.
En su oportunidad Diego Berger, Coordinador de Proyectos Especiales de Mekorot (Israel), pronosticó que el cambio climático nos dará más años de sequías e inundaciones, por lo cual se debe contar con suficiente capacidad de almacenamiento en los momentos de lluvia, para enfrentar la época de escases.
Si somos más eficientes en el uso del agua, somos menos vulnerables al cambio climático, afirmó, por lo cual recomendó reducir la incertidumbre entre los agricultores e incentivarlos para ser más eficientes en el uso de ese recurso.
“La planificación a largo plazo debe tomar en cuenta una agricultura sustentable, no se puede gestionar como se hace ahora. Para lidiar con el cambio climático hay que administrar. Las soluciones no son mágicas. Hay que gastar lo necesario, economizar, y apuntalar un sector hídrico sustentable”, expresó.