Millones de mujeres contraen el virus del papiloma humano (VPH) en algún momento de su vida, lo que generará un mayor riesgo para la evolución de este virus a un cáncer cervical. A pesar de las acciones para dar impulso a las estrategias de detección de alto alcance y programas de vacunación, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cáncer de cuello uterino (CaCu) es el cuarto más común y sigue siendo una de las principales causas de muerte por cáncer en mujeres a nivel mundial. Se estima que en 2018 hubo 570 000 casos nuevos, de los cuales 311,000 fueron decesos. [1] Tan solo en México, se considera como la segunda causa de muerte por cáncer en mujeres desde 2006[2].
Ante este panorama y para brindar información confiable acerca de las diferentes aristas que representa este tema de salud pública, durante el panel de expertos ¿Sabías que el cáncer cervicouterino es prevenible?, organizado por la marca Roche México, se contó con la participación de especialistas con diferentes enfoques que permiten mostrar una visión integral acerca de este tema: ginecología, patología y oncología, además de mostrar el trabajo que se realiza desde la sociedad civil para poner este tema como prioridad para la población y en la agenda pública.
En el evento virtual se contó con la participación de la Dra. Elsa Díaz, directora General del Grupo Especializado en Salud Femenina (GESFEM); la Dra. Patricia Ortega, jefa de laboratorio de Patología del Hospital General de León; la Dra. Lucely Cetina, Investigadora en Ciencias Médicas y Oncóloga Médica del Instituto Nacional de Cancerología; y Mayra Galindo, directora General de la Asociación Mexicana de Lucha contra el Cáncer A.C.
Durante esta conversación, las ponentes coincidieron que uno de los principales retos a los que se enfrentan las mujeres para prevenir e incluso diagnosticar este tipo de cáncer, es la falta de información o acceso a información precisa, lo que representa una gran oportunidad para seguir realizando acciones de sensibilización en torno a este tema.
Y es que, si bien existen grandes avances médicos tanto en diagnóstico como en tratamiento, el diagnóstico de este tipo de cáncer se realiza en etapas tardías del padecimiento, por lo cual las expertas reforzaron las recomendaciones generales que las mujeres deben contemplar, las cuales consisten en mantener revisiones periódicas con su ginecólogo (a) que incluyan las pruebas moleculares de tamizaje respectivas, en caso de sospecha realizar a la brevedad los estudios recomendados por su especialista y así descartar cualquier tipo de sospecha, además de buscar fuentes de información confiables.
Si una mujer presenta síntomas de CaCu, o bien, si en su última prueba de tamizaje revela cualquier anomalía, es importante realizarse pruebas adicionales para confirmar un diagnóstico como la tinción dual que pone de manifiesto la presencia de células precancerosas independientemente de la morfología celular y poder tener una derivación oportuna con el profesional de la salud.