La empresa Patagonia lanzó mundialmente la serie de documentales “Correr Para” -que se están estrenando paulatinamente-, a través de la cual muestra cómo correr puede ser una poderosa herramienta para el activismo.
El acto de atravesar enormes extensiones de los más hermosos paisajes del planeta y conecta más profundamente con los lugares en los que la gente corre, recuerda la importancia del acceso e impulsa a levantarse y luchar cuando esos lugares y sus comunidades están amenazados.
Tras el éxito del estreno del primer documental el pasado mes de agosto, “Corriendo Para Salvar Una Cuenca”, donde Felipe Cancino, embajador de la marca y protagonista, toma al trail running como un medio para defender el Alto Maipo, en Chile, de las amenazas de la industria termoeléctrica, ahora toca el turno al segundo documental.
Bajo el título “Corriendo Para Ser Visibles”, este capítulo de la serie acompaña a Lydia Jennings, quien corre 80 km en honor a los científicos indígenas y los cuidadores del conocimiento que llegaron antes que ella.
“Correr puede parecer una actividad egoísta y personal. Pero en muchas comunidades indígenas, incluída la mía, corremos por la comunidad, indicó Lydia Jennings, miembro de las Naciones Huichol (Wixaritari) y Pascua Yaqui (Yoeme). Tiene un doctorado en microbiología de suelos y su trabajo está dedicado a la ciencia ambiental y el papel fundamental de las comunidades indígenas en estos espacios.
Cuando Lydia Jennings se entera que su graduación fue cancelada por la pandemia decidió organizar su propia celebración. Fue así que emprendió una carrera de ultrafondo en honor y reconocimiento a los saberes ancestrales de indígenas científicos que, de alguna manera, le han abierto puertas para llegar hasta donde se encuentra ahora.
“Cuando empiezas a ver estos patrones en la industria extractiva -minera- de no valorar las vidas indígenas, las tierras, las aguas o el aire, desarrollas esa sensación de que tu posibilidad de vivir la vida como cualquier querría hacerlo, no es valorada”, dijo.
Por un lado, el 40% de la industria minera en Arizona se encuentra sobre territorios indígenas. Por el otro, hay una significativa falta de representación de personas indígenas en estudios de doctorados. La esperanza de Lydia es crear paisajes académicos y ambientales más inclusivos para las generaciones futuras, así como honrar a las pasadas.