Xunaxi Cruz, directora de Comunicaciones de la empresa Sistema.bio, el uso de biodigestores que reaprovechan el estiércol de animales de granja permite el uso sustentable de estos desechos y sean tratados y creen energía hasta un nuevo abono para los suelos agrícolas, permitiendo que la economía circular sea una realidad en este sector.

Cabe mencionar que Sistema.bio es un paquete biodigestor que produce biogás, es decir, permite transformar estiércol en energía térmica y mecánica, y fertilizante orgánico (biol).

El biodigestor está hecho de una membrana de biopoletileno muy resistente, pero flexible. El material puede durar más de 20 años, y la firma da una garantía de 10 años.

En el contenedor se ingresa excremento de ganado. Al interior se genera un ambiente anaeróbico, es decir sin oxígeno. En el proceso se desarrollan bacterias que viven justo sin oxígeno y su función es descomponer la materia orgánica en compuestos más pequeños hasta degradarla y así se va generando el combustible.

Declaró que en México, los biodigestores tienen una gran aceptación y tienen presencia en los estados de Morelos, Estado de México, Tlaxcala, Puebla, Querétaro, Guanajuato, San Luis Potosí, Zacatecas y la Ciudad de México. La empresa tiene colocados en el mundo más de 30 mil biodigestores, unos 5 mil en México, de éstos, unos 1,500 en la zona bajío.

Indicó que los municipios de Querétaro donde han instalado biodigestores son Amealco, San Juan del Río, Colón, San Joaquín, Ezequiel Montes, Huimilpan y Pedro Escobedo.

En el bajío del país, abundo que, la presencia se enfoca en las granjas lecheras y productoras de animales de granja; “los biodigestores requieren de unos 40 metros cuadrados para instalar su estructura y puede subsanara hasta un 80 por ciento de los requerimientos de gas en una granja.

Abundó que el bajío es una región con alta posibilidad de crecer en años venideros y tanto en esta zona del país, como en el sureste se pondrá especial atención.

“Para que el biodigestor le brinde la energía adecuada a una granja se necesitan mínimo 2 vacas o 5 cerdos, que generen unos 40 litros de estiércol para usar el biodigestor más pequeño. Tenemos capacidad de instalar una herramienta que capte los desechos de 200 cabezas de ganado o unos 5 mil cerdos. En el bajío nacional atendemos una unidad preindustrial de esta alta capacidad”, acotó.

Mencionó que han sido dos años complejos debido a la pandemia, sin embargo, los sistemas biodigestores se siguen consolidando como herramientas adecuadas para granjas que buscan la sustentabilidad y reaprovechar los desechos de los animales de corral.

Esta empresa tiene presencia en tres regiones del planeta, como es México y Latinoamérica, África e India; aunado a captar una inversión de 15.6 millones de dólares para fincar su crecimiento para la siguiente década.

Un ejemplo de un usuario de este tipo de herramientas tecnológicas sustentables es la señora Olga Hernández, una contadora pública que decidió hacer un cambio total de vida, yéndose a vivir a la comunidad rural del municipio de El Oro, Estado de México, donde cuenta con una pequeña granja familiar.

Declaró que “al revisar una forma de aprovechar estos desechos, encontró un sistema que cambió muchas cosas y una de ellas fue hacerse cargo del estiércol de los animales. Eso nos ayudó mucho porque ya no hay tanto impacto ambiental y me ha redituado en tener gas para cocinar sobre todo porque estando en un lugar rural no se tiene la facilidad de tener el gas de inmediato, esto nos ahorró dinero”.

Abundó que ahora ya ahora está cosechando el biol (a base de fertilizante) y es lo que me va a ayudar a fertilizar la cosecha de maíz que próximamente trabajaremos, finalmente fue un ganar-ganar porque tengo tres bondades, usar el estiércol, tener gas y fertilizante.

Sistema.bio trabaja con pequeños productores agropecuarios para abatir los problemas de la pobreza, seguridad alimentaria y cambio climático, dando acceso a una innovadora tecnología de biodigestión, entrenamiento y financiamiento para hacer a los agricultores y ganaderos más productivos, eficientes y sostenibles.

Se estima que, en México, hay cuatro millones de pequeños productores, que enfrentan desafíos como la falta de insumos agrícolas de calidad, la degradación del suelo y el aumento del costo de la energía.

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