Tamara Blázquez es una joven fotógrafa ambientalista, quien trata que sus imágenes reflejen la necesidad de proteger a la biodiversidad mexicana, labor que le ha llevado a ser galardonada a nivel internacional.
Calificó a la fotografía como una muy poderosa herramienta para impactar la mente de las personas y demostrarles aquello bueno y malo que se realiza en la naturaleza. “El humano es muy visual y tras observar los problemas de los ecosistemas se puede hacer algo para remediar esta situación”.
Detalla que existe mucha información sobre ecología, pero en artículos científicos poco accesibles para el resto de la población. Como somos seres visuales –los humanos- le atrae instintivamente la fotografía, contando historias con esta herramienta, generando proyectos educativos, traspolando toda esa información de las investigaciones científicas a algo visual es mi labor que trato de realizar, acotó.
Acepta que los mexicanos son conscientes en ciertos temas ambientales, pero en otros no tanto y se requiere que las autoridades, las organizaciones ciudadanas, etc., no dejen de impulsar el cambio de mentalidad sobre la importancia de cuidar la naturaleza. “Aunque debemos aceptar que los problemas sociales que nos rodean como la inseguridad nos hace olvidarnos de muchas cosas y sólo estemos pensando en sobrevivir”.
“Se dijo que la destrucción de la naturaleza y tráfico de especies lleva a las pandemias. Por eso creo importante que la gente se eduque y aprenda sobre la fauna y la naturaleza que les rodea a diario”, dijo.
La joven mexicana relató que sus imágenes se enfocan en la protección de la fauna del valle de México y que le permite consolidar sus proyectos educativos ambientales que le permitió otorgar varios talleres en escuelas primarias en la Ciudad de México.
Mencionó que sus talleres educativos que imparte buscan impulsar a que la población tenga un mayor aprendizaje de la convivencia que se debe tener con la fauna.
Recordó que sus trabajos de conservacionismo y fotografía tienen un comienzo en 2017, tras observar un tlacuache fallecido en la CDMX y que le hizo recapacitar de la importancia de la fauna local. “Por medio de mi trabajo fotográfico busco educar a la población en temas ambientales, así como crear empatía hacía el entorno”, asegura.
Sus talleres en colegios de primaria y secundaria buscan transmitir a los alumnos la información sobre la fauna existente en Ciudad de México. Y, tras ello, también brotó la opción de realizar muestras fotográficas en diferentes espacios. “Las imágenes van acompañadas con información de la especie”, asegura.
Indicó que el siguiente gran proyecto que espera plasmar en fechas próximas es una exposición de fotografía ambiental en las rejas del Bosque de Chapultepec, donde transitan hasta 5 millones de pesos a la semana y poder impactarles sobre la conservación ecológica.
La fotógrafa mexicana espera que tras el paso de la pandemia se pueda regresar a los talleres ambientales de forma presencial y muy cercanos a cómo se otorgaban antes de la Covid-19 y se siga con la labor de difundir la ecología en los menores de edad.