Durante 2021, el uso de criptomonedas en el mundo llegó por primera vez a las 200 millones de personas, acelerando significativamente la normalización de estas como un valor de inversión.
México no se ha quedado atrás en este sentido: se estima que 15.2% de los usuarios de servicios financieros en el país cuentan con alguna criptomoneda, de acuerdo con el Índice de Adopción de criptomonedas realizado por Finder.
Sin embargo, al menos en el país, las divisas digitales aún no son parte del ecosistema digital común de los comercios electrónicos. “Las razones de esto son varias, como el tiempo de adaptación de una nueva tecnología de pago, las plataformas en torno a ello y la propia volatilidad que caracteriza a las criptomonedas”, dijo Carlos Segura, CMO para Latinoamérica de Ecomsur, empresa de servicios de ecommerce para empresas.
En México hay unas 120 firmas que ya aceptan criptomonedas como medio de pago, de acuerdo con Bitso. Para que este método de pago alcance mejores números en el país, Ecomsur establece cuáles son los principales puntos a favor y en contra de montar soluciones de pago de ecommerce en México.
La Ley para Regular las Instituciones de Tecnología Financiera (Ley Fintech) es la normatividad que regula el uso de criptomonedas en el país. Hasta el momento, no existe una prohibición para que los negocios las acepten, pero el Banco de México no reconoce estos activos como una moneda de curso legal en México.
“Esto quiere decir que, aunque la ley es permisiva para implementar el uso de criptomonedas en ecommerce, el intercambio de las mismas no está sujeto a la autoridad financiera del país, por lo que los negocios que decidan aceptarla (mientras no sean instituciones financieras) asumen la responsabilidad y el riesgo de la transacción”, explicó.
Las divisas digitales cuentan con un respaldo de seguridad mucho más estricto que cualquier otra moneda en el mundo, ya que son regidas por tecnología de cadenas de bloque (Blockchain) que hace imposible la falsificación o el fraude.
Esto es una buena noticia para el ecosistema de ecommerce en México, donde se cuenta con una de las tasas de intención de fraude más altas del mundo: 4 de cada 10 intentos de transacción esconden un fraude potencial, de acuerdo con la Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO).
Si bien la seguridad es un punto a favor de las transacciones con criptomonedas, también significa tener transacciones irreversibles. El reto llega cuando el usuario requiere un reembolso. Esto obliga a generar un proceso manual para hacer retroactivo el cargo.
Cabe mencionar que, en temporadas de alto tráfico (como Buen Fin o Hot Sale), la tasa de devoluciones puede alcanzar hasta un 20% para grandes negocios. “Las condiciones de reversibilidad para criptomonedas se pueden convertir en un dolor de cabeza para grandes negocios, pues generaría ineficiencia en ciertas operaciones y una inversión adicional en los equipos de trabajo”, advierte el directivo.
Los comerciantes asumen el costo de transacción y del uso de plataformas, el cual difiere entre servicios como PayPal, MercadoPago o tarjetas bancarias. Sin embargo, cuando se trata de criptomonedas, el costo de la comisión por transacción es de apenas el 1%, lo que representa el costo más bajo de todo el ecosistema de pagos.
“Por otro lado, las criptomonedas estrecharían el comercio internacional, pues evitan tarifas de intercambio de divisas, así como el tiempo de validación de la transacción. Son una ventana importante para agilizar la internacionalización de los negocios”, dice Segura.
“Las criptomonedas son ajenas a la inflación (que hoy golpea particularmente a monedas como el peso o el dólar), pero son sumamente volátiles”, reconoce Carlos Segura.
El cambio de valor de una divisa digital puede variar más de un 10% entre un mes y otro, factor que ha evitado que sea vista como una moneda confiable por muchos negocios, analiza el experto.