Magdalena Ascencio Alberto tiene 34 años, es originaria de la zona de los Tuxtlas, en Veracruz, se dedica al comercio y es mamá de una pequeña de 6 años. Cuando tenía 12 años fue diagnosticada con hipoacusia hereditaria, al igual que sus 3 hermanos, pues su papá es sordomudo de nacimiento. Magdalena estudió hasta el bachillerato, su familia era de escasos recursos por lo que pasó toda su adolescencia tratando de leer los labios de sus interlocutores para poder comunicarse con ellos.
Fue hasta los 21 años cuando se vio beneficiada del programa del DIF Estatal y del Gobierno del Estado al recibir un implante coclear. “Después de varios estudios muy detallados el especialista determinó que era candidata para recibir este implante que ha cambiado mi vida para bien. Ahora soy una mujer feliz, plena y próspera. No hay nada mejor que escuchar la risa de mi hija, disfrutar la música, hablar por teléfono; incluso ahora con la pandemia ya no representa un reto para mí entender lo que me piden mis clientes aún con el cubrebocas, pues los escucho perfectamente”, dijo Magdalena Ascencio.
Según detalla la OMS, en México 3 de cada 10 mujeres padecen un problema auditivo; esto representa la cuarta discapacidad más común entre mujeres en este país con el 31.8%. Además, la hipoacusia congénita es más frecuente entre la población infantil, superando al Síndrome de Down y la parálisis cerebral, con una prevalencia de 1 a 3, por cada mil nacimientos.
De acuerdo con los expertos de MED-EL, las causas congénitas, la exposición crónica a los ruidos fuertes y algunas enfermedades infecciosas son algunos factores que contribuyen a la pérdida auditiva. “Los problemas auditivos detectables se clasifican en dos grandes grupos: congénitos y adquiridos. Los primeros son hereditarios, generalmente causado por trastornos genéticos. Los segundos son consecuencia de infecciones mal atendidas, por accidentes o por alteraciones al momento de nacer”, aclaró la Dra. Jimena Atuan, soporte clínico de MED-EL.
Magdalena tiene muy presente que la detección temprana es fundamental para la solución de la discapacidad auditiva: “Por los antecedentes de mi familia es probable que mi hija también presente problemas auditivos, hasta el momento ella escucha perfectamente, el doctor me recomendó hacer un chequeo periódico para identificar a tiempo cualquier cambio y solucionarlo, no quisiera que ella deje de escucharme”.
En ese sentido la Dra. Atuan aseguró: “Siempre que detecten un problema de audición, se recomienda acudir a una revisión médica para una evaluación por parte del especialista y proteger la salud auditiva. En el caso particular de Magdalena, identificar oportunamente que era un padecimiento congénito le permitió corregirlo con un implante auditivo, retomar su vida de forma normal y convertirse en un gran ejemplo de lucha para su hija”.
Aunque los implantes cocleares representan una solución para las personas de cualquier edad, es importante señalar que la incidencia de la rehabilitación, la familia y el ánimo del implantado influyen decisivamente en la evolución final del paciente, además existen ciertos requisitos mínimos para la selección de candidatos a la implantación.