El panorama actual de México y el mundo nos impulsa a pensar en la importancia de volvernos más sustentables y autosuficientes en cuanto a los alimentos que producimos. Por ello, cuidar y fortalecer el medio ambiente se mantiene como uno de los compromisos que Kellogg refrenda en el Día Mundial del Medio Ambiente, con programas como el Apoyo al Abastecimiento Responsable, que apuesta por una agricultura de conservación.
En este programa, que apoya a los productores para mejorar los procesos de producción de maíz amarillo, se desarrolla en alianza con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y que se despliega en regiones del norte del país y El Bajío.
El proyecto impulsa el desarrollo de capacidades en productores a través de un modelo de capacitación que consiste en sesiones de entrenamiento en campo con productores, acompañadas de asesoría técnica. Una de las fortalezas más significativas de este modelo es convencer a los agricultores a cambiar hacia prácticas como la mínima labranza, que se refiere a remover la tierra lo menos posible, para evitar dañarla; posteriormente se deja el rastrojo como cobertura del suelo.
“Este plan es parte de una estrategia formativa que el CIMMYT imparte a la agroindustria. Su objetivo es brindar guía y soporte en Agricultura de Conservación (AC) para que, tanto empresas como productores, tomen mejores decisiones e implementen prácticas responsables en materia de medioambiente, desarrollo económico e inclusión social. Con el programa, en Kellogg tenemos la meta de cubrir la demanda regional de maíz amarillo”, comenta Víctor Marroquín, presidente y director general de Kellogg México.
Para Kellogg, que importa este grano, este apoyo permite fortalecer cada eslabón de la cadena de valor, para que el consumidor final, además de la calidad del alimento, tenga la certeza de que sus alimentos fueron producidos mediante prácticas sustentables que favorecen el bienestar de los productores y preservan el medioambiente a través de un sistema beneficioso y rentable para todos los participantes.
Otros de los logros de este programa, que inició en 2017, es el uso eficiente del agua de riego, pues los productores participantes han mejorado en un 10 % la manera en que hacen uso del agua requerida para la producción de una tonelada de maíz. En Sinaloa, principal región de abasto para Kellogg, se brinda asesoría a los agricultores para que hagan un manejo más sustentable en el control de las plagas y enfermedades que atacan al maíz, por ejemplo, incorporando técnicas como el monitoreo oportuno y la liberación de insectos benéficos.
“Con el proyecto acercamos a las personas el conocimiento. Sensibilizamos sobre el trabajo de la labranza y todo el trabajo que implica contar con sus recursos, para mitigar el impacto que las actividades agrícolas tienen en el ambiente. Apoyamos a los participantes con herramientas para que, al mismo tiempo, tengan mejores cosechas y esto repercuta en su economía”, dijo Bram Govaerts, director general del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).
Con este programa es posible tener otras fortalezas, además de disminuir los efectos en el cambio climático que tienen a las ciudades del país en contingencias ambientales, como ocurrió con la Ciudad de México en los primeros días de mayo, también resulta un apoyo para los productores de granos para que tengan autosuficiencia alimentaria.
Este proyecto además, cuenta con el aval y apoyo de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, pues colaboran directamente con el CIMMYT a través de investigación científica y colaboración con el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP); con lo que se ha contribuido a promover estas prácticas de producción, así como a la preservación de las variedades nativas de maíz y el desarrollo de variedades que se adaptan mejor al cambio climático. Además, se ha impulsado a la industria semillera nacional mediante sitios de evaluación que han permitido identificar variedades que duplican los promedios actuales de rendimiento de maíz, lo cual contribuye a su vez a una menor dependencia de las importaciones.
Por su parte, Kellogg y CIMMYT colaboran juntos desde 2017 brindado apoyo a agricultores con programas de agricultura sustentable que benefician la biodiversidad reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero y, a través del programa Apoyo al Abastecimiento Responsable han logrado implicar a casi 400 productores, la mayor parte de los cuales han implementado prácticas de agricultura sustentable en una superficie de más de 6 mil hectáreas, lo equivalente a 10 Bosques de Chapultepec en la Ciudad de México.