México sólo destina poco más de 1.50 pesos por hectárea para proteger sus ANPs

 México no sólo debe pensar en el crecimiento industrial: CONABIO

Juan Carlos Machorro.

Se estima que en México existen 15 mil 703 especies endémicas, tanto animales como vegetales, de las cuales 314 están en peligro de extinción, de acuerdo con información de la Comisión Nacional para el Uso de la Biodiversidad (Conabio). La lista la encabezan 13 especímenes de mamíferos, 25 de aves, 17 de reptiles, 12 anfibios, 68 de peces, 7 caracoles, principalmente.

Aunque en la última década aumentó la conciencia sobre los problemas medioambientales, el primer estudio AXA Green Business Report reveló que, a partir de la pandemia por COVID-19, más de la mitad de los encuestados en 10 naciones (55%) expresaron sentirse muy preocupados por la propagación de enfermedades a consecuencia del cambio climático.

Ante las consecuencias del deterioro ambiental, los encuestados reconocieron la necesidad de reducir el impacto en el medio ambiente. El sector de los seguros puede ayudar asegurando las nuevas tecnologías verdes, como los vehículos eléctricos, u ofreciendo incentivos a particulares y empresas para que reduzcan sus emisiones de carbono y se acerquen a una economía sustentable.

Al respecto, José Sarukhán Kermez, coordinador nacional de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO), organismo disminuido en su actuación ante la falta de presupuesto del gobierno mexicano, en exclusiva con este reportero, explicó que tras dos años de pandemia, la biodiversidad en México registra una gran pérdida y nos acercamos a una grave fragmentación de ecosistemas que pueden afectar a infinidad de especies. “No olvidemos que las grandes pandemias de la humanidad, desde la peste bubónica, la fiebre española nos dicen los antiguos archivos que las grandes enfermedades surgen al fragmentar a los biomas”.

“Tenemos que evitar esa fragmentación de los ecosistemas, pues la pérdida de los ecosistemas que se perdían al talar bosques y extinguir especies cambio la estructura faunística provoca modificaciones y desemboca en que los grandes vertebrados sean atacados por patógenos que se alojan en roedores y pequeños mamíferos que afectan a los seres humanos”, advirtió.

“Debemos valorar los ecosistemas mexicanos y apenas estamos comenzado a entender la realidad en estos tiempos de nueva normalidad”, añadió

Se estima que el tráfico de especies, representa ya la segunda causa más importante de extinción de especies en el mundo y el principal factor de transmisión de enfermedades zoonóticas, padecimientos que representan el 75% de todas las enfermedades infecciosas emergentes, incluyendo la que causó la pandemia de COVID-19.

Anunció que “la CONABIO está trabajando en una investigación con la Universidad de Stanford para analizar células y la propia sangre de especies de mamíferos pequeños y que no acaben repercutiendo en los humanos como fue el caso del Covid-19”.

Dijo que el Cambio Climático es un problema serio del que ya estamos teniendo efectos severos sobre la gente, sobre los bienes, la infraestructura, la economía. Pero tampoco se trata de decir que ya no hay nada que hacer, que las siguientes generaciones no son nuestro problema, porque sí lo son.

Los ecosistemas son sistemas vitales de soporte para nuestra especie y todas las demás formas de vida, pues en ellos evolucionamos los humanos y obtenemos alimentos, agua, oxígeno, estabilidad del clima, entre otros. “Esos servicios ecosistémicos son indispensables para la vida en el planeta, y el bienestar y la salud de la gente en todo el mundo”, sentenció.

Recordó que México tiene un compromiso internacional de alcanzar cero deforestación para dentro de siete años (2030), pero no creo que se logre dicha meta, pues las cifras no bajan conforme se requiere. “Hay que luchar contra intereses de crimen organizado en algunas ocasiones, de líderes que son absolutamente inmorales y abusadores, pero hay que hacerlo”.

Detalló que en México existen zonas que están en buenas condiciones, se han conservado bien y tienen una matriz natural que les permite tener opciones de respuesta en momentos difíciles. Pero hay un Estado, que a mí me duele mucho ver cómo está, que era el Estado más rico en diversidad biológica del país después de Oaxaca y Chiapas. Se trata de Veracruz, que ha perdido el 93% o 97% de sus selvas y bosques.

De acuerdo con las Naciones Unidas alrededor de 60% de todas las enfermedades infecciosas en los humanos y 75% de las enfermedades infecciosas emergentes son zoonóticas, es decir que son transmitidas por los animales.

Las zoonosis que surgieron o reaparecieron recientemente son el ébola, la gripe aviar, el síndrome respiratorio del Oriente Medio (MERS), el virus Nipah, la fiebre del Valle del Rift, el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS), el virus del Nilo Occidental, el virus del Zika y, ahora, el coronavirus que causa el COVID-19. Todos están vinculados a la actividad humana.

Lucía Ruiz, experta en regeneración y ecosistemas de la organización ambientalista WWF, indicó que la regeneración de los ecosistemas es una prioridad, pues sin la biodiversidad no existiría aquello que permite la viabilidad de la humanidad.

Se debe abordar la realidad actual, pues en los pasados 50 años se ha perdido grandes extensiones de biomas debido al cambio de uso de suelo, invasoras, contaminación, Cambio Climático y pérdida forestal.

Dijo que más del 50 por ciento de los ecosistemas están degradadas y se requiere de políticas públicas, sociales y empresas, la oportunidad es trabajar en sinergia y no pueden los políticos pretender que desde un escritorio se pueden solucionar las cosas. “Debemos escucharnos y comprender las necesidades de los lugareños, aunado a establecer sinergias de todos los sectores y desarrollar esos sueños”.

Un ejemplo de los problemas ambientales en el país son la pérdida de biodiversidad, la deforestación de este siglo fue de 212 mil hectáreas, equivalente a perder una extensión de territorio similar a la Ciudad de México; en degradación ambiental, equivalente al 4.6 por ciento del PIB nacional y sólo se invierte en temas ambientales un  5 por ciento del PIB.

México sólo destina poco más de 1.50 pesos por hectárea para el manejo y protección de las llamadas Áreas Naturales Protegidas (ANPs) que administra la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) y es epicentro de la biodiversidad nacional. A diferencia de España que dedica casi 10 veces más a este propósito; Estados Unidos 100 veces más.

Al buscar por semanas una postura oficial de la CONANP, organismo del gobierno mexicano, se negó de forma reitera el dar a conocer una postura sobre la realidad de la fragmentación de ecosistemas y su protección para evitar propagación de enfermedades, no se tuvo respuesta alguna; el organismo del gobierno mexicano como otros sectores oficiales prefirieron guardar silencio.

Hace unos seis años, Ernesto Enkerlin, excomisionado de la CONANP, aceptó que el Cambio Climático estaba provocando que los ecosistemas se movieran de diversos territorios y el arbolado dejase de crecer en ciertos lugares y provocaba que insectos se fueran con ellos, provocando la proliferación de enfermedades como el dengue en ciudades que antes no tenían presencia de ese padecimiento sanitario.

A nivel global, el reporte “Biodiversity at risk: preserving the natural world for our future” de AXA Research Fund, estima que los ecosistemas del mundo proporcionan beneficios equiparables a entre 125 y 140 billones de dólares al año, lo que equivale a 1.5 veces del Producto Interno Bruto (PIB) mundial.

Por su parte, Gerardo Ceballos, investigador del Instituto de Ecología de la UNAM, detalló que México tiene avances, retos y retrocesos en su preservación de ecosistemas, de áreas naturales y de biodiversidad, pues no todo puede verse en bueno o malo, blanco y negro. “Por fortuna se tienen desde hace años a organismos como la Conabio y la Conanp para atender los ecosistemas y la fauna y flora, aunque es una realidad que diversas especies están en riesgo de extinción”.

Mencionó que no se puede negar que existen trabajos oficiales y de organismos civiles para remediar los balances negativos que presentan los ecosistemas y la biodiversidad. “Es una lucha que se desempeña cada día, se requiere de toda la participación social para evitar el tráfico de especies y fomentar un mayor uso de la tecnología para evitar la fragmentación de los ecosistemas. La preservación de los mismos permite la conservación de la salud humana”.

Enfatizó que el gobierno mexicano tiene cosas buenas y malas y no puede tacharse de inadecuado su trabajo; se tiene que evitar la polarización en el sector ambiental. De fracasar en la preservación ambiental es asunto de todos los mexicanos no sólo del gobierno.

El investigador mexicano indicó que “la fragmentación de ecosistemas es una realidad grave en diversas regiones del país, sin embargo, en otra zonas se tienen trabajos adecuados. Tenemos que entender que no podemos crecer de forma desordenada e invadir las zonas naturales con nuevas calles, edificios, carreteras, etc., es indispensable el trabajo en concretar y respetar corredores biológicos para que los ecosistemas en tierra y en ríos como lagos se preserven. No podemos continuar afectando la salud de los ecosistemas. Al final estamos dañando nuestra propia salud”.

“No existe bienestar social si se destruye la naturaleza y fragmentan los ecosistemas, se nos acaba el tiempo; expertos internacionales mencionan que se tienen unos 15 a 20 años antes de que se colapsen los sistemas biodiversos y la humanidad sufra un desastre global. Se nos está cerrando la ventana de oportunidad para salvar el futuro”, alertó.

Puntualizó que uno de los principales retos del país es la perdida de ecosistemas, pues se estima que cada año se deforestan poco más de 150 hectáreas de bosques y selvas, aspecto que provoca la fragmentación de ecosistemas, con sus consabidos riesgos para las especies que quedan atrapadas en determinadas regiones y que son víctimas del tráfico de especies, donde se tiene la participación del crimen organizado y de carteles del narcotráfico.

“Es urgente que la gente no colabore de forma indirecta o directa en este tráfico de especies. No es sano el comprar especies silvestres como mascotas, se tienen a diversas especies de pericos, reptiles y culebras que están desapareciendo por el mercado ilegal.

Añadió que la naturaleza en cierta medida se benefició con la lejanía del hombre por dos años de pandemia; un ejemplo son los bosques que rodean al centro del país que se libraron de turistas y de tala clandestina, pero existen otros casos que le fue fatal como es el mencionado caso de la Vaquita Marina y la pesca ilegal de Totoaba.

En ese rubro, explicó que la Vaquita Marina que ya sólo cuenta con unos 10 individuos; pues es capturada de forma incidental por la pesca furtiva de la Totoaba. “No olvidemos que un kilogramo de buche de Totoaba en China supera el costo de un kilogramo de cocaína en los Estados Unidos”.

Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés), están en riesgo de desaparición 37 mil 400 especies de la flora y fauna global.

Acertó que es una realidad que los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) relacionados con la biodiversidad, tanto México como el resto de planeta no los cumplirán, pues se tienen muchos atrasos y se requiere incentivar a todos los actores sociales para alcanzar las metas establecidas al año 2030. “No olvidemos que la biodiversidad es uno de los cuatro ejes principales para la preservación de la vida humana”.

Por su parte, Paolo Bray, director y fundador de World Sustainability Organization – Friend of the Sea/Friend of the Earth, mencionó que «estamos en una era de máxima biodiversidad, lo que nunca antes había ocurrido en la historia del planeta. Sin embargo, nuestra especie, capaz de adaptarse a diferentes ambientes y dominar en gran medida a otros seres vivos, ha afectado y destruido vastas áreas naturales, y reducido a niveles insostenibles las poblaciones de numerosas especies que utilizamos como alimento y para otros bienes producidos, comercializados, comprados y consumidos por nosotros.

En las últimas décadas, nuestra especie se está volviendo cada vez más consciente de que su impacto en el planeta está reduciendo nuestro bienestar y posiblemente también nuestras posibilidades de supervivencia. La pandemia del Covid-19 es un ejemplo muy claro de ello. Y es por eso que debemos desarrollar comportamientos y soluciones lo antes posible que permitan a nuestra especie y a las generaciones futuras vivir en armonía con el entorno natural, que es también nuestro hábitat, y por lo tanto esencial para nosotros en toda su biodiversidad.

Los científicos y especialistas que trabajan en el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), los impulsores de la aparición de enfermedades zoonóticas son los cambios en el medio ambiente, usualmente como resultado de actividades humanas que provocan alteraciones en el uso del suelo, en el clima, en los animales o huéspedes humanos y en los patógenos, que siempre evolucionan para explotar nuevos huéspedes.

Por ejemplo, los virus asociados con los murciélagos (a quienes se señala como propagadores del Covid-19) surgieron debido a la pérdida de sus hábitats a causa de la deforestación y la expansión agrícola. Los murciélagos juegan un papel importante en los ecosistemas al ser polinizadores nocturnos y depredadores de insectos.

Además del cambio en los comportamientos, la tecnología y las mismas prácticas productivas que nos permitieron aumentar exponencialmente nuestro desarrollo deben ser ahora una herramienta para reducir nuestro impacto a niveles sostenibles. Esto ya está sucediendo. Se ha emprendido el camino hacia la mejora y creo que, con una mejor coordinación a nivel internacional y la transferencia de conocimientos también en apoyo de los países en desarrollo, se pueden lograr resultados importantes incluso dentro de unas pocas generaciones».

ECOSISTEMAS MEXICANOS VALEN UN 3.11% DEL PIB NACIONAL

La valoración de los servicios ecosistémicos seleccionados en México, en la primera etapa del proyecto piloto, es equivalente a 3.11% del PIB nacional, considerando la información disponible, indicó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Igualmente, se detalló que el valor de los servicios de almacenamiento y secuestro de carbono corresponde a 1.64 por ciento; el de provisión a la agricultura a 1.00 por ciento; el del turismo de naturaleza a 0.22 por ciento; el de polinización a 0.20 por ciento; y el de abastecimiento de agua a hogares a 0.05 por ciento.
La valoración monetaria de los servicios de almacenamiento y secuestro de carbono equivale a 1.49 por ciento y 0.15 por ciento del PIB de 2013, respectivamente.
La contribución monetaria del servicio de polinización es de 32 277 millones de pesos, que corresponden a 7.74 por ciento del Valor de la Producción Agrícola, en una primera aproximación.

ACCESO AL MEDIO AMBIENTE BRINDA MÁS SALUD AL HUMANO

En el reporte “Biodiversity and the Benefits for Human Health”, del Swiss Re Institute explora qué tan valioso es para el bienestar físico y mental el tiempo que se pasa en la naturaleza. La correlación es significativa: asumir que pasar tiempo en espacios verdes o bosques reduciría el impacto en problemas de salud mental en solo 1% para 2030, el ahorro económico anual global podría ascender a 60 mil millones de dólares.

Para algunas enfermedades cardiovasculares, el mismo escenario resultaría en un ahorro en costos globales de 10 mil millones de dólares anuales.

El estudio presentado se enfoca en la salud mental y enfermedades cardiovasculares, así como en el impacto de la exposición al aire contaminado, calor y ruido. Utiliza datos de costos sanitarios para estimar el ahorro potencial que se podría alcanzar con la incorporación de elementos más relacionados con la naturaleza en espacios urbanos y suburbanos, y examina cómo estos cambios podrían asociarse con los seguros de salud y daños.

Tomando en cuenta que el tiempo que se pasa en la naturaleza reduciría el impacto en los problemas de salud mental en solo 1% para 2030, el ahorro para la economía global sería de entre 25 y 60 mil millones de dólares al año. Tan solo para las enfermedades cardiovasculares, el mismo escenario equivaldría al costo anual global de 10 mil millones de dólares.

INDISPENSABLE QUE EMPRESAS APUESTAN A LA SUSTENTABILIDAD

El concepto ESG (Environmental, social and governance), que desarrollan las empresas en México desarrolla acciones en materia de protección al medio ambiente, respeto a la diversidad e inclusión y transparencia de gobierno corporativo. Esta es una tendencia que está cobrando cada vez más relevancia en el país, por ello, con el reciente nombramiento de Ulises Moreno, socio legal del despacho de abogados, Pérez Correa González (PCG).

Detalló que actualmente, en México y en el mundo muchas empresas buscan hacer negocios de una manera diferente para generar un impacto positivo en la sociedad de la que forman parte. Esta transformación implica una nueva visión empresarial que se preocupa por las personas con las que interactúa y con el medio ambiente en el que desarrolla sus actividades.

Mencionó que Europa y Estado Unidos llevan varios años de ventaja en tener un sistema empresarial sustentable, aunque, México ya comienza en tener iniciativas legales tanto externos como internos para que las corporaciones tengan impactos positivos en el uso de recursos naturales.

“La adopción de políticas sustentables en las cadenas comerciales es una obligación que debe permear desde grandes corporaciones como los pequeños proveedores. “En la actualidad, no es sólo el qué y cuánto de los negocios; sino del qué en la economía”, dijo.

Se requiere que los participantes de las cadenas empresariales vayan más allá de las leyes del país, sino establecer políticas ESG que les haga ser tener un mínimo de impacto ambiental.

“Es impostergable el tener políticas de responsabilidad social y ambiental en la economía mexicana y mundial. Ser empresas responsable debe ser una nueva forma de hacer negocios en el planeta, aunque es una realidad que el gran reto es modificar la idiosincrasia de los directivos empresariales que no comprenden que se debe dar un uso sustentable de los recursos naturales”, dijo.

Agregó que “la pandemia  nos modificó como sociedad y la economía requiere tener una visión ESG para que diversos sectores empresariales estén preparados para el futuro y como sociedad estemos preparados a futuras pandemias y enfermedades”.

 URGE QUE MÉXICO REVIERTA LA PÉRDIDA DE BIODIVERSIDAD

La pérdida de los ecosistemas y de su biodiversidad, así como la escasez y contaminación de los recursos hídricos, son parte de los problemas ambientales, que colocan a México, como uno de los países más vulnerables, afirmó Gabriel Bustamante Brambila, socio director del despacho Bustamante + Freyre, especializado en temas ambientales y energéticos.

El abogado especialista, hizo un llamado para que gobierno, sociedad y empresas, atienda cada uno desde su responsabilidad, las causas que ocasiona la pérdida de la biodiversidad y el deterioro ambiental, relacionado con el cambio climático y que colocan al 60% de la población mexicana en condición de vulnerabilidad.

Por eso la agenda ambiental, dijo, debe ser una prioridad para los distintos niveles de gobierno -municipal, estatal y federal – junto con la económica y social. Es necesario impulsar políticas públicas que hagan frente a los efectos que estamos viviendo con acontecimientos climáticos cada vez más extremos.

“Hoy estamos enfrentando por un lado problemas de sequía, por ejemplo, datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) reportaban que el 80% del territorio nacional sufre algún grado de sequía; incluso tenemos estados en el norte del país como Nuevo León con poca disponibilidad de agua, y por el otro, inicia la temporada de huracanes con la llegada de Agatha en las costas de Oaxaca, que arribó con más potencia y con mayores consecuencias para la población”, subrayó.

Citó como ejemplo, el reporte de la Organización Mundial de la Salud, OMS, que estima que para el 2025 la mitad de la población mundial vivirá en zonas con escasez de agua. Mientras que, en México, cifras oficiales reportan que el 42% de los acuíferos y el 13% de las cuencas ya enfrentan problemas de disponibilidad de agua.

Mencionó también la encuesta “El Mundo en 2030” dada a conocer por la UNESCO y que arroja que el 67% de la población mundial considera que de once desafíos distintos que enfrenta la humanidad, los más importantes a los que deberá de hacer frente es el cambio climático y la pérdida de la biodiversidad.

EMISIONES CONTAMINANTES ROMPIERON RÉCORD EN 2021

En el marco del Día Mundial del Medio Ambiente, no tiene motivo de celebración de esta fecha, pues el último reporte sobre el estado del clima de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), señala que la concentración de gases de efecto invernadero (GEIs) rompió récord durante 2021, lo cual pone en evidencia la situación alarmante respecto al cambio climático y motiva a que la ONU renueve el llamado urgente a reducir el uso de combustibles fósiles.

Las energías limpias funcionan como un sustituto de los combustibles fósiles como lo son el carbón, el petróleo o el gas natural, generadores de la mayor cantidad de energía empleada a nivel mundial en diferentes industrias y actividades económicas, por lo que actualmente juegan un papel clave en el futuro del abastecimiento energético y de la preservación del medio ambiente.

Entre las principales actividades económicas generadoras de metano y dióxido de carbono (CO2), se encuentran las actividades de agricultura, forestería y otro uso de suelo, que generan el 24% de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial, una de las fuentes principales de emisiones son los gases y el estiércol de animales como vacas y cerdos, catalogados como fuentes de metano.

La contaminación del aire y el cambio climático están catalogados como las mayores amenazas medioambientales para la salud humana; la contaminación tiene un costo económico diario estimado de 8,000 millones de dólares, lo equivalente a un 3% y 4% del Producto Mundial Bruto, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud.

Para la organización The Climate Reality Project América Latina es fundamental que los países tomen medidas urgentes como el impulso a una movilidad eléctrica y compartida, transición energética hacia fuentes renovables, y programas de control de emisiones para mejorar la calidad del aire –no sólo prevenir futuras contingencias ambientales– sino lograr mitigar los efectos del cambio climático.

CIUDADES DE TAMAÑO MEDIO URGENTE CUIDEN SU ECOLOGÍA

El titular de la Conabio declaró que entidades como Querétaro y sus vecinos en el centro del país, deben no sólo consolidar su crecimiento económico e industrial sino el ambiental, pues no debe olvidarse que para un verdadero crecimiento sostenible se requiere de tener una biodiversidad y ecosistemas saludables sin un impacto irreversible por la mano del hombre.

“Tienen que tener y respetar sus planes de desarrollo urbano que es una obligación nacional, sin embargo muchas veces no se cumple. Este tipo de proyectos debe ser compatible el desarrollo urbano, industrial y no afectar a la biodiversidad. Se debe saber crecer de forma sustentable,”, detalló.

“Tenemos conocimiento científico para este tipo de políticas, pero no se aplica cuando todas las decisiones se queda en manos de empresas, políticos y especuladores de tierra. Si yo tuviera oportunidad de modificar empezaría con el apoyo a las comunidades rurales y no caer en los errores de un urbanismo descontrolado que se padece en diversas ciudades”, agregó.

Denunció que un 70 por ciento de los dueños de zonas naturales de todo el continente no tienen apoyos oficiales que les permitan crear empresas comunitarias para establecer esquemas de crecimiento social y se evite la tala de bosques como tráfico de especies.

Existen muy pocas regiones en México con casos de éxito como son la sierra de Oaxaca o de Querétaro, o zonas costeras de Baja California que autoapoyan a sus comunidades, lamentó.

Sarukhán Kermez puntualizó que “porque diantres no existe esa política para dirigir y preservar esos ecosistemas y preparar a las nuevas generaciones para el desarrollo de las comunidades. Puedo ejemplificar el caso del Instituto Nacional de la Economía Social (INAES), órgano desconcentrado de la Secretaría del Bienestar, donde uno de sus dirigentes que no diré su nombre me dijo: casi todo el dinero que tenemos para apoyo social se lo damos a los partidos políticos para que estén en paz. Eso no puede ser, requerimos de un cambio completo en esa actitud o mentalidad”.

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