La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) reporta la variación de precios de los productos esenciales de la canasta básica que se registró de junio a julio. El sondeo de mercado abarcó 15 zonas metropolitanas y refleja un estudio cualitativo directo en más de 200 puntos de venta. La variación de precios de este último mes fue de más de 3.62% y los precios que más se elevaron fueron los de los productos agropecuarios. Se incrementó también el costo del factor energético: gasolinas, diésel, gas y energía eléctrica, y fueron las bebidas que por circunstancias estacionales y de producción, también vieron incrementado de manera importante sus precios. Las amas de casa siguen sufriendo las de «Caín» para resolver el abasto que sus familias demandan para su manutención.
Aún y no sea un síntoma generalizado del mercado nacional, algunas categorías en los distintos lares del país presentan escasez y desabasto en algunas de las presentaciones de su portafolio de mercancías. Los consumidores no encuentran al 100% lo que buscan comprar. Los granos, el aceite vegetal, las harinas, el bolillo y pan de dulce, las tortillas, la leche, la carne de res, la de puerco y la proteína del mar, todos estos productos sin excepción, están situándose cada vez más fuera del alcance de importantes segmentos de la población.
En la reunión que tendrá México con Estados Unidos en los próximos días, dos serán los temas que serán abordados: la migración y la inflación. Si bien la inflación que padece el pueblo norteamericano con 8.6% es mayor que la nuestra de 7.99%, su poder adquisitivo es mayor por lo que el impacto inflacionario es más llevadero. La diferencia entre ambos países está en que, de los 127 millones de mexicanos, 64 millones viven en la pobreza y pobreza extrema, que aún y con los aumentos salariales, la familia mexicana de 4 miembros promedio debe hacerse vivir con un salario de 9 dólares diarios y en honor a la verdad, eso es un reto doloroso e imposible de hacer.
Hoy por hoy, la mayoría de los mexicanos no tendrán oportunidad de vacacionar este verano, ya que hacerlo exigiría un gasto aproximado de $15,000, y ni qué decir de qué hacer con el tiempo libre de los muchachos en estas vacaciones, cualquier distracción o recreación por mínima que sea está fuera del alcance de muchas familias del país. Ir al cine $900, a un balneario $5,000, participar de un campamento de verano $9,000 por niño, para una inmensa mayoría resulta ser hoy un sueño inalcanzable.
Y para los que quieren más, como dice el comercial, están por llegar a la vuelta de la esquina los gastos de regreso a clase: lista de útiles, calzado, uniformes, mochilas y cuota escolares, un costo aproximado de $3,335 por niño. Muchos padres de familia, literal, no duermen y se están comiendo las uñas porque no encuentran la manera de saldar estos gastos de temporada del hogar. Sin lugar a dudas, un momento difícil del año. Sortear una elevada inflación alimentaria y sostener el gasto corriente familiar, provoca verdaderos dolores de cabeza en la gente, por no decir migraña.
Vamos todos en un largo tobogán inflacionario que todo parece indicar nos conduce a una gran recesión. Debemos prepararnos para salir avante de esta economía de la emergencia que equivale a vivir una economía de guerra