Uno de los modelos de trabajo que hizo posible la continuidad de negocios y empleos durante la crisis sanitaria global fue el trabajo remoto, teletrabajo o home office. Este salto hacia el futuro presentó oportunidades y también desafíos en los mercados laborales del mundo.
En el caso específico de Latinoamérica, virtualizar la jornada laboral fue una tendencia que alcanzó a la mayoría de las empresas durante el semáforo rojo por el covid-19: las estimaciones preliminares de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) indican que, en el peor momento de la pandemia, el segundo trimestre de 2020, 23 millones de personas transitaron hacia el trabajo remoto en América Latina y el Caribe.
Hasta antes de la crisis, el trabajo remoto era considerado sólo como una alternativa, pero durante el confinamiento se convirtió en una solución para realizar labores que pueden llevarse a cabo en línea y así dar continuidad a actividades esenciales, mantener activa la economía y evitar devastadoras pérdidas de empleo y cierres de empresas.
El Banco Interamericano de Desarrollo indica que esta modalidad ha evolucionado y se ha mantenido después de la pandemia: alrededor del 24% de las vacantes en línea que las empresas están demandando exigen algún tipo de capacidad de trabajo remoto, en comparación con el 7% justo antes del confinamiento.
Las cifras de la compañía de reclutamiento y oportunidades de trabajo remoto, torre.co también confirman que este modelo de trabajo llegó para quedarse: en lo que va del año, a través de la plataforma, aproximadamente 35,564 personas alrededor del mundo han hecho un total de más de 123,000 aplicaciones a trabajos remotos.
La plataforma, enfocada en aumentar la productividad de los trabajadores, reducir el costo de operación de las empresas y reunir talento en un mismo espacio, cuenta hasta la fecha con más de 500 mil usuarios interesados en trabajo remoto, y casi 500 mil ofertas de trabajo remoto publicadas.
Estos números al alza convergen a nivel global con el fenómeno de la “Gran Renuncia”, que fue detectado en Estados Unidos en la primavera de 2021 como un patrón de comportamiento en empleados de distintas industrias que comenzaron a renunciar de forma masiva de sus lugares de empleo.
Más de 12 millones de personas abandonaron sus puestos de trabajo en un lapso de tres meses, según cifras de la Oficina de Estadísticas Laborales nacional (BLS), no sólo como resultado de los efectos de la pandemia, sino por otros factores como la toxicidad de cultura corporativa, inseguridad laboral y falta de reconocimiento, entre otros.
En América Latina no se presentó dicho fenómeno social en la misma escala ni al mismo tiempo, aunque el reporte “Adaptabilidad laboral postpandemia en México” de junio 2022 señala que el 41% de las empresas del país han registrado renuncias inusuales de trabajadores.
Dichos procesos de renuncias masivas destaparon una nueva crisis en el sector empresarial global, al mismo tiempo que confirmaron que los empleados de todas las latitudes estaban reconsiderando trabajar bajo modalidades que nunca habían considerado.
En gran medida, gracias al trabajo remoto los empleados tomaron mayor conciencia del valor que aportan a sus organizaciones y del trato que merecen teniendo en cuenta el impacto de su rol dentro de una compañía. Al mismo tiempo, las empresas descubrieron que podían innovar, hacer un ajuste en su sistema de valores e implementar nuevas estrategias.
Desde la perspectiva de torre.co, los beneficios del trabajo remoto son muy diversos: enriquece el horizonte laboral, aporta diversidad, mejora la integración entre vida-trabajo, y mejora los salarios, por mencionar algunos, y aprovecha el talento que existe a nivel regional y global.
Según un reporte de la empresa de análisis global Gallup, 8 de cada 10 trabajadores han trabajado remotamente en cuatro sectores principales: informática o matemáticas (86%); ciencias de la vida, físicas o sociales (86%); artes, diseño, entretenimiento o medios (81%); servicios financieros, seguros, bienes raíces o consultoría (80%).
Otros grupos ocupacionales que reportan altas tasas de trabajo remoto son: campo legal; educación, capacitación o trabajo de biblioteca; arquitectura/ingeniería; servicios sociales; oficinistas o administrativos; ventas, y salud.