El excandidato presidencial Ricardo Anaya advirtió sobre los peligros de llevar adelante la “política educativa retrógrada” que ha puesto en marcha la 4T. Nunca en la historia de México, había sucedido que al cuarto año de gobierno hubiera en las escuelas “un millón y medio de niños y jóvenes menos” que cuando empezó el sexenio, debido, en gran parte, al mal manejo de los efectos de la pandemia en el sector educativo por parte del gobierno.

Además, hay dos “rasgos de la personalidad de López Obrador” que agravan la situación: su “inseguridad” y su “megalomanía”. Su inseguridad le ha llevado a solo confiar “en la gente que a todo le dice que sí y a la que ve todos los días”. Por eso ha nombrado a 16 integrantes de su personal de seguridad para importantes puestos de gobierno, “aunque no tengan los conocimientos necesarios”.

Tal es el caso del titular de la Comisión Nacional de Acuacultura, la encargada del programa La Escuela es Nuestra o la gerente para Contrataciones de Proyectos de Pemex, o el mismo titular de la paraestatal, que es agrónomo de profesión y sin experiencia en el sector energético. “Por eso estamos como estamos”, asegura.

“Y ahora acaba de hacer lo mismo en la Secretaría de Educación y esto es, por mucho, lo más grave que ha hecho. ¿Tú quieres saber cómo va a estar un país dentro de 30 años? Es bien fácil. Fíjate en la calidad de la educación que hoy están recibiendo los niños. Así va a estar el país en 30 años. Lo que López Obrador está haciendo le va a salir carísimo a México”.

En cuanto a la “megalomanía de López Obrador”, Anaya recuerda que al hablar de las “transformaciones” en la historia de México, el presidente se adjudica un protagonismo equivalente al de Hidalgo en la Independencia, Juárez en la Reforma o Madero en la Revolución. “Su cuento de la cuarta transformación es enfermizo”, argumenta Anaya.

Por su megalomanía, López Obrador se atrevió a hacer lo que “ningún presidente se había atrevido: a ponerse a sí mismo en los libros de texto. El presidente que nos engañó con el cuento de que no quería monumentos ni calles con su nombre, se voló la barda poniéndose en los libros de texto”.

“Lo que realmente le importa es adoctrinar a los niños. La educación le vale gorro”. Prueba de ello es que “acabaron con las escuelas de tiempo completo” y recortaron el presupuesto a la educación, que hoy es “el más bajo en 12 años”, para darle todos los recursos a obras como la refinería de Dos Bocas.

En cuanto al nuevo modelo educativo, Anaya reitera que “lo que pretenden no es educar, es adoctrinar. Pretenden que las niñas y los niños, en lugar de saber español y matemáticas, crean que la técnica es neoliberal y que hay que ignorarla. Pretenden alimentar el resentimiento, diciendo que el conocimiento científico es ‘colonialista’, por lo que hay que emanciparse sumándose a la 4T”. En vista de lo cual se pregunta: “¿Y así es como las nuevas generaciones de mexicanos van a competir en el mundo?”.

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