Son conocidos como perros rescatistas, pero su denominación correcta es binomio humano (entrenador) – animal (perro). La estrecha relación que existe entre el humano y el perro de este binomio, construida durante años se supedita en el respeto, amistad y confianza, además de miles de horas de entrenamiento, y que son clave para llevar a cabo un rescate exitoso de personas afectadas en siniestros como son los sismos.
Actualmente es inimaginable pensar en un rescate de personas donde este binomio no esté presente: en aludes de tierra o nieve, atrapadas en espacios confinados, en estructuras colapsadas, o por arrastre de náufragos o bañistas, así como por la búsqueda forense para víctimas de desastres, crímenes, fosas comunes o personas ahogadas en cuerpos de agua.
Se calcula que los binomios de rescate en el país sobrepasan los 300 y esta cifra seguirá incrementándose, de acuerdo con datos de La Secretaría de la Marina (Semar).
En lo que respecta a perros de trabajo mexicanos, asociaciones como Fundación Owen Care I.A.P, dedicada a la formación de perros de asistencia y la Escuela de Perros Guías para Ciegos I.A.P., son organizaciones a las se requiere mantener los apoyos en donación.
En lo referente a binomios humano-animal para rescate humano, la empresa Mars Petcare informa que se respalda a BREC-K9, un grupo multidisciplinario con sede en Quintana Roo, que se compone por 25 bomberos voluntarios y paramédicos, así como 10 perros activos entrenados para atender desastres nacionales e internacionales.
Fundado desde el 2004 como grupo de rescate únicamente humano, colaboró durante el tsunami de Indonesia de ese año, el terremoto de Haití de 2010, el terremoto de Nepal de 2015 y fue poco antes de brindar su apoyo durante el terremoto de la ciudad de México del 2017 cuando finalmente comienzan a trabajar en binomios con perros para rescate y se establecen como BREC- K9. Fue justo a partir del sismo del 2017 cuando este grupo forma parte de los proyectos de Royal Canin Foundation.
En el temblor del 19 de septiembre de 1985, los binomios franceses fueron los que arribaron al rescate no solo para colaborar con una ciudad muy mal herida, sino que, a la par, cautivaron a la nación.
Poco después, cuando México estuvo en fase de recuperación de esta circunstancia, los binomios franceses comenzaron a entrenar a perros mexicanos en conjunción con el grupo de los Topos, un grupo de voluntarios humanos que trabajaron coordinadamente en las acciones de búsqueda y rescate de víctimas de 1985, a las que la gente comenzó a llamar «TOPOS». En febrero de 1986 se constituyó legalmente como Brigada de Rescate Topos Tlaltelolco A.C.
Al mismo tiempo, binomios italianos y suizos, también comenzaron a entrenar a binomios para el rescate en estructuras derrumbadas que dependen de la UNAM.
Desde entonces y paulatinamente los binomios humano-animal de rescate han ido creciendo en el país, no sólo dentro de estructuras gubernamentales como en el caso de la reconocida perrita Frida, perteneciente a la Armada de México, sino bajo estructuras privadas (generalmente de voluntarios), que en conjunto generan una red de ayuda dentro y fuera del país, además de moldear la conciencia social sobre los perros y su trabajo durante los desastres naturales.