El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) publica la Evaluación de Procesos del Programa Sembrando Vida, dicha investigación identificó procesos con áreas de oportunidad que es necesario fortalecer.
Se observó desabasto en la proveeduría local de los insumos y materiales que requieren los viveros y las biofábricas, así como aspectos a mejorar en la planeación del programa, y la necesidad de fortalecer los indicadores para el seguimiento y evaluación del mismo.
El Programa Sembrando Vida (PSV) tiene como objetivo que dueños de predios de 2.5 hwctareas en municipios con Rezago Social, tengan un apoyo de 5 kilómetros pesos para la siembra de cultivos anuales y árboles maderables, y Milpa Intercalada.
En 2021 el programa atendió a 450,099 personas en 21 entidades federativas y plantó más de 743 millones de árboles, lo que significa un avance de 62% por ciento de los 1,188 millones de árboles programados. Se han reforestado 1,089,210 hectáreas y trabajan en 18,108 predios, así como en 14,621 Viveros Comunitarios e igual número de Biofábricas.
La Coneval informa que se observó que algunas de las plantas que proporciona la Secretaría de la Defensa Nacional al Programa no cuentan con las características técnicas para ser llevadas a parcela, por lo que es necesario considerar las condiciones climáticas de las regiones receptoras de la misma, así como los periodos para su entrega, a fin de facilitar su trasplante y reducir la mortalidad de esta.
Se identificó una falta de infraestructura para la concentración y distribución de los materiales que el Programa entrega en especie, lo que puede traducirse en gastos para los técnicos y beneficiarios, por ello se recomienda, en la medida de lo posible, acercar este tipo de apoyos a los territorios en los que serán utilizados; al respecto, se podría explorar la posibilidad de establecer convenios con autoridades locales o particulares para el uso de espacios en los que puedan recibirse los apoyos.
A partir del trabajo de campo se identificó una limitada participación del personal operativo en territorio en la definición de las metas productivas, así como en la implementación de los sistemas MIAF (Milpa Intercalada en Árboles Frutales) y SAF (Sistemas Agroforestales) y respecto del número de plantas a establecer en las parcelas.
Esto ha derivado en ajustes en los planes de trabajo y preocupación en los beneficiarios por el manejo que requerirán las plantaciones, además de posibles presiones en la demanda potencial de agua en las Unidades de Producción.
Finalmente, se identificaron posibles cuellos de botella en los servicios bancarios para el cobro del apoyo económico en el Banco del Bienestar, relacionados con un número reducido de cajeros cercanos a la población beneficiaria, así como cajeros que no funcionan y saturación de las ventanillas.
Por ello, es necesario fortalecer la vinculación y comunicación entre el Banco de Bienestar y el Programa para agilizar la solución de problemáticas en el proceso de pago a los sembradores, particularmente con el uso de tarjeta.