Lucía Álvarez, del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH) de la UNAM, expuso que, en términos de la estructura económica y del mercado del trabajo, ha habido un incremento de informalidad laboral en cuanto a número de personas, establecimientos y empleos precarios. Una constante, añadió, es la alta proporción del personal ocupado, concentrado en la Zona Metropolitana Del Valle de México (ZMVM).
“En 2005, la población ocupada en la ZMVM representaba alrededor de la quinta parte del total, mientras que en 2015 correspondió a 8 millones 715 mil 882 personas ocupadas y, pese a la disminución, sigue siendo el mercado de trabajo más grande del país”.
Entre 2018 y 2020, de acuerdo con los sectores económicos, el sector primario era claramente el más compacto y representó menos del uno por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA) en la ZMVM; en tanto, la relación entre el sector secundario y terciario fue de un 20 y 80 por ciento constante a lo largo de los trimestres.
La precariedad laboral, explicó, es un fenómeno de carácter multidimensional que afecta las condiciones de los empleos; en otras ocasiones, subrayó, remite a vivencias de fracaso profesional experimentadas al no encontrar una ocupación que correspondan a sus años de formación o al sentimiento de incertidumbre que padecen quienes trabajan sin seguridad laboral ni social.
El índice de precariedad laboral, a partir de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) 2018, 2019 y 2020, se determina en tres categorías: alta, media y baja. La población ocupada en la ZMVM alcanzó los 9.4 millones en 2018; 9.5 en 2019 y descendió a 7.8 en 2020.
A nivel nacional, los datos del tercer trimestre de 2020 pusieron de relieve los efectos de la crisis sanitaria que afectó el empleo y que se vieron reflejados en el número de personas desempleadas.
“La población ocupada pasó de 55.7 millones en 2019 a 51.5 en 2020. Los cambios revelaron una disminución de 4.2 millones de personas a nivel nacional, mientras que en la ZMVM la pérdida fue de 1.6 millones de empleos”.
La doctora Álvarez Enríquez también detalló que son tres los indicadores de precariedad laboral: personas trabajadoras subordinadas remuneradas, trabajadoras por cuenta propia y empleadoras.
“El grupo de las primeras concentra el mayor porcentaje de la ocupación, tanto a nivel nacional como en la ZMVM, seguida de las quienes laboran por por su cuenta y las empleadoras”.
Una de las conclusiones que presentó la especialista, es que una tendencia que se ha acentuado como efecto de la contingencia sanitaria es la disminución de la población ocupada de la ZMVM en 1.6 millones de empleos, así como la disminución de la participación femenina en el empleo en la misma zona.