Alejandro Wagner, director ejecutivo de la Asociación Latinoamericana del Acero (Alacero), mencionó a periódico AM de Querétaro que en México, se tienen dos grandes polos de desarrollo industrial con gran interrelación con el sector siderúrgico, que son las regiones del bajío y las entidades de la frontera norte.

Calificó que el bajío del país, en especial Querétaro, Guanajuato, San Luis Potosí y Aguascalientes, se destacan porque sus clústers industriales están conformando cadenas empresariales con una visión de economía circular, pues los sectores automotriz, manufacturas, entre otros, ya exigen que aquellos productos del acero provengan de esquemas de sustentabilidad y trazabilidad que permitan que las armadoras de productos tengan plena sapiencia de dónde salieron sus piezas.

Resaltó que el bajío como la frontera norte con sus industrias automotrices, manufactura, maquinaria, de la construcción, destacan por su gran uso del acero y están fomentando que toda la cadena del metal estén siendo sustentables. Igualmente, es muy loable que se permita que en estos canales empresariales se tenga la participación de la academia, para fortalecer la investigación de la sostenibilidad.

“Es imposible el descarbonizar sólo una parte de la cadena industrial del acero y los metales, por ello, este trabajo del bajío y norte de México, son envidiables”, agregó.

En Latinoamérica, la cadena de valor del sector siderúrgico genera 1.3 millones de empleos y es un importante indicador del desarrollo económico de diversas regiones. Pese a dichas cifras, la industria enfrenta un reto muy importante, ser un sector sustentable. Se estima que el 80 por ciento de los gases de efecto invernadero (GEI) provienen de la emisión de dióxido de carbono (CO2). De ese total, entre el 7 y el 9 por ciento son de la siderurgia mundial.

Calificó a México como una nación que en estos momentos transita por un momento definitorio con sus leyes energéticas, la falta de incentivos oficiales, el contexto global de la guerra en Ucrania, que impactará al futuro de esta industria.

Declaró que esta industria enfrenta diversos retos, desde económicos y ambientales que se requiere de una participación no sólo de los empresarios sino del establecimiento de leyes incentivos como de diálogo con instancias gubernamentales.

Por cada tonelada de acero producida, las empresas latinoamericanas emiten 1.6 toneladas de CO2, un valor inferior al promedio mundial de 1.8t CO2 , según worldsteel. A su vez, China, el mayor productor mundial de la materia prima, emite 2.1t CO2, 31 por ciento más que América Latina.

“La mayor preocupación  que tenemos es que el medio ambiente no pide competencia entre las naciones, es un solo aire, un solo planeta y las empresas como gobiernos debemos trabajar de forma conjunta para hacer sustentables a las industrias”, señaló.

Reiteró que para ser una industria verde se requiere de varios procesos, siendo el uso de nueva tecnología, la prioridad a ser implementada por las industrias, el reciclado de la chatarra y el impulso de la energía renovable. “Todos estos pasos que se están aplicando permiten dar los primeros pasos en economía circular”, dijo.

“Todos los sectores industriales del planeta han establecido metas ambientales para dos fechas significativas, 2030 y 2050, conforme a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en el caso del acero, los objetivos a perseguir son uso de nuevas tecnologías, energía renovable con sistemas de gas natural y en unos años sustituir este sistema por el hidrogeno verde, fomento al reciclado y reuso de la chatarra del metal, así como un menor uso de recursos naturales”, estableció.

Enfatizó que al año 2050 se tiene la meta de utilizar una tecnología disruptiva para la descarbonización del sector, se capture el carbono y utilice el hidrogeno verde., pero no se puede actuar de forma aislada, se necesitan leyes y aportación gubernamental. “No olvidemos que estos proyectos necesitan inversiones de miles de millones de dólares, pues no es sólo decir que factores como el gas natural se tiene en abundancia, sino que se necesita infraestructura para su extracción; se necesitan normativas que no detengan los programas de energía renovables”, acotó.

EL ACERO, ELEMENTO MUY RECICLABLE

El acero es un material 100% reciclable que puede ser usado y reusado muchas veces en un retorno como chatarra, maximizar el uso de ese residuo permite un reciclaje mayor y un proceso más sustentable.

La chatarra, pese a ser excelente en lo que se refiere a la emisión de carbono, implica tres etapas que son difíciles de realizar: reconexión, separación del residuo y comercialización. Todas ellas poseen costos variados y necesitan recursos y desarrollos específicos para llevarse a cabo. Esto convierte al proceso de la maximización de la chatarra en un proyecto difícil de implementar y que debe pensarse  a largo plazo.

La importancia de invertir en energías renovables y en el gas natural que cuenta con  mayor desarrollo, aplicación y puede servir como un combustible de transición, radica en que algunos países aún no cuentan con todos los recursos necesarios para el uso y la producción de energías renovables. El gas natural resulta ser la mejor alternativa para el estado actual de desarrollo de estos países, pues se encuentra  a medio camino entre el carbón vegetal y las energías renovables.

Ejemplificó que Chile es una nación con gran avance en su industria y leyes en materia siderúrgica; Brasil se destaca por la gran presencia y manejo de recursos naturales; México goza de una gran industria pero requiere avanzar en sus leyes y Argentina maneja iniciativas de gran avanzada en el manejo de la chatarra.

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