La pandemia de COVID-19 no sólo puso en riesgo los sistemas electorales, sino que en algunos casos, sirvió de excusa para intentar ampliar y concretar los poderes de los ejecutivos y diluir los  mecanismos de control a los que deben estar sometidos los gobernantes, afirmó el consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova Vianello.

“Si uno hace un análisis de la democracia, lamentablemente en muchos casos la pandemia sirvió para el avance de la lógica autocrática que aqueja a las democracias”, dijo.

Lamentó que mientras la pandemia está superándose, en muchos casos el poder no siempre regresó al cauce que constitucionalmente debe tener y sirvió de pretexto para que “las pulsiones autoritarias se potenciaran”.

Durante la presentación del libro “Elecciones Bajo el COVID-19 en América Latina”, coordinado por Mario Alberto Garza, director del Centro de Desarrollo Político y Gobierno Transformativo de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), el presidente del INE explicó cómo se enfrentó el reto de organizar elecciones en tiempos de pandemia.

El libro, citó, “destaca que la COVID-19 puso de manifiesto la importancia de contar con profesionales capacitados para gestionar los procesos electorales complejos, toda vez que los errores humanos técnicos o la manipulación del proceso en general pueden causar problemas de gobernabilidad para un país o deteriorar la democracia”.

Sostuvo que justamente ese deterioro de la democracia no ocurrió en México, “gracias a que contábamos con un Servicio Profesional Electoral Nacional experimentado, técnicamente sólido y que superó con creces la enorme prueba que teníamos enfrente.

Un Servicio que hoy se busca no solamente lastimar sino suprimir; que constituye el pilar fundamental de la organización de los procesos electorales en México y del que depende la garantía de que en todo el país habrá casillas en donde deben instalarse y que hoy, con un intento de reforma, que clara y abiertamente tiene el propósito de cobrar venganza a una institución que ha ejercido su autonomía y  que se vería reducido a su tercera parte”.

“Es una obligación de quienes dirigimos al Instituto y una obligación de la sociedad mexicana no permitir que por esa vía se socave nuestro sistema democrático”, puntualizó.

Lorenzo Córdova dijo que la pandemia puso a prueba la capacidad técnica de las autoridades electorales, la eficiencia de los procesos logísticos y los niveles de confianza que otorga la ciudadanía a los órganos electorales.

Subrayó que en México no se puso en riesgo la suspensión de los derechos políticos, ni se confrontaron con los derechos a la salud, se pusieron en marcha protocolos y un grupo de expertos asesoró las acciones que permitieron no paralizar al Instituto.

 

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