Las autoridades mexicanas aprobaron recientemente la comercialización de Bovaer, un aditivo alimenticio para rumiantes que reduce las emisiones de metano. La solución fue desarrollada por la empresa de biociencia DSM, que permite reducir la huella ambiental de la producción de carne y leche.
México reafirmó su apoyo y compromiso con el Acuerdo de París para detener los efectos del cambio climático global y una de las áreas de prioridad para el país es la agricultura. Por otra parte, México ha sido uno de los 150+ signatarios del Global Methane Pledge, para reducir las emisiones de metano en un 30% para 2030.
“Con la aprobación del aditivo en México y la aplicación del aditivo en la alimentación de ganado de carne y leche, DSM ofrece una solución importante para las industrias locales de proteína animal para hacer que las operaciones sean cada vez más sostenibles, con calidad y responsabilidad para alimentar a una población en crecimiento”, comentó Mark van Nieuwland, vicepresidente de Bovaer.
El metano es un subproducto natural de la digestión del ganado vacuno y otros rumiantes. Por lo tanto, estos animales contribuyen con la emisión de gases de efecto invernadero. Las emisiones de gases de efecto invernadero provocadas por la agricultura en México ascienden a aproximadamente 100 millones de toneladas de CO2e por año.
“El aditivo actúa como un aditivo nutricional que, consecuentemente, reduce las emisiones de metano. Bovaer se desempeña muy bien en establos lecheros y corrales de engorda, y una cantidad significativa de ganado en México se alimenta en estos sistemas productivos. Esto hace que para nosotros la aprobación regulatoria de Bovaer sea particularmente relevante pues permite construir una ganadería cada vez más sostenible”, afirmó Sergio Schuler, vicepresidente del negocio de Nutrición y Salud de Rumiantes de DSM LATAM.
El aditivo es el resultado de una década de investigación científica, que incluye más de 50 estudios revisados y publicados en revistas científicas independientes y 52 ensayos en 14 países de cuatro continentes. Solo un cuarto de cucharadita por vaca por día se reduce en promedio las emisiones de metano en un 30% para las vacas lecheras e incluso porcentajes más altos, y en un 45% para el ganado de carne. Tras la alimentación, surte efecto inmediatamente.