En la Ciudad de México (CDMX) y diversas zonas del país existen sitios donde se perciben malos olores en cuerpos de agua por problemas por acumulación de materia orgánica, poca oxigenación y presencia de fauna y flora nocivas.
Esta problemática busca ser atendida con un proyecto científico que utiliza microalgas y bacterias para solucionar dicha contaminación. Este sistema ha sido aplicado en dos lugares de las alcaldías Coyoacán y Xochimilco, en la CDMX, mediante la utilización de métodos biológicos.
El proyecto “Manejo de cuerpos de agua por métodos biológicos para el control y eliminación de gases tóxicos”, que encabezó el biólogo Sergio Trejo Estrada, doctor en Ciencias, especialista en microbiología-bioquímica y biología molecular, del Instituto Politécnico Nacional (IPN), propuso una tecnología para eliminar los olores derivados de putrefacción de materia orgánica.
El desarrollo se basó en la hipótesis de que grupos de microorganismos funcionales, compuestos por microalgas y bacterias pueden evitar la formación de gases. Una prueba de laboratorio demostró ese efecto y luego se escaló a cuerpos reales en la ciudad, y se comprobó que se reduce la emisión. El método comprende el uso de biotecnología microbiana, herramienta sostenible, rápida y sencilla de aplicar para garantizar el bienestar de una extensión de agua.
La metodología se implementó en dos sitios contrastantes, en el Río Magdalena, en el tramo de la alcaldía Coyoacán, y los canales de Cuemanco, en Xochimilco. El primero es un río vivo, con agua original de los mantos acuíferos del cerro del Ajusco, mientras que el segundo es un humedal, ambos lugares muy contaminados.
“Los resultados son alentadores desde el punto de vista científico y contundentes desde la perspectiva tecnológica y de aplicación”, refirió el investigador sobre los efectos de los sistemas de prototipo de cultivos microbianos que fueron rigurosamente seleccionados, a escala de laboratorio, a partir del estudio de centenares de muestras de cuerpos de agua de todo el país.
Con el proceso de producción, que se realiza en una planta piloto, fue posible generar cultivos de alta densidad, mezcla que incluye un bacilo del género Gottfried, bacteria del género Burkholderia y una microalga del género Parachlorella.
“Esta tecnología permite eliminar malos olores. Se trata de un método clásico de microbiología ambiental, en el que una elevada producción de alta densidad microbiana se aplica directamente al cuerpo de agua para que cumpla con una función de saneamiento, sin necesidad de un equipo que implique inversión y gasto de energía”, resaltó Trejo Estrada.
Otro de los impactos favorables es que las microalgas captan bióxido de carbono y fotosintetizan, es decir, introducen oxígeno, algo que ayuda a sanear el agua e impide los olores generados por la degradación anaerobia de la materia orgánica depositada en el fondo de los ríos o estanques.
La conjunción de microalgas y bacterias se puede aplicar en diferentes tipos de aguas residuales, sean agroindustriales, municipales o farmacéuticas, en diversas regiones del país.