La educación es la herramienta más poderosa para impulsar el desarrollo, la productividad y la movilidad social de las niñas, niños y jóvenes. En la última década se han impulsado decisiones para transformar el sistema educativo. Sin embargo, al no existir una estrategia de largo plazo, los cambios entre administraciones se han dirigido en diferentes direcciones. Esto refleja que ni los estudiantes ni la calidad de los servicios son prioritarios, detalló el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
Un análisis realizado por dicho organismo identificó los sucesos más relevantes que han marcado el rumbo de la política educativa en la última década. Con base en este análisis, considera que la transformación educativa que ha impulsado esta administración carece de una estrategia a largo plazo, basada en evidencia, y con acciones concretas para ser materializada en las aulas.
Aún más, no se ha brindado a los docentes materiales de trabajo práctico, la capacitación o el acompañamiento para que puedan atender las necesidades actuales de los estudiantes. Todo ello provoca incertidumbre en las comunidades educativas y podría poner en riesgo el desarrollo de las y los estudiantes.
El primer segmento que analiza es la aprobación e implementación de la Reforma Educativa de 2013, que se informó que priorizaba formación y evaluación del magisterio, lo cual modificó el equilibrio político entre autoridades y sindicatos.
Se dota de autonomía al Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), para garantizar mecanismos para evaluar la calidad de la educación.
Estos cambios también afectaron al modelo educativo con la implementación del Modelo Educativo de 2017, que se enfocó en vincular las materias que componen el plan de estudio de educación obligatoria e incorporó innovaciones como el aprendizaje socioemocional.
Este programa sigue vigente durante este ciclo escolar 2022-2023, pero está contemplado que sea reemplazado por el nuevo plan de estudios que promueve la SEP en el ciclo escolar 2023-2024.
En 2019, se planteó la creación de la Nueva Escuela Mexicana, que eliminó el INEE y se sustituye por la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu), organismo descentralizado y sin autonomía constitucional, como institución encargada de generar los criterios para las evaluaciones.
Con la modificación de la Ley General de Educación (LGE), nace la Nueva Escuela Mexicana (NEM), un proyecto pedagógico que busca una educación más integral, humanista y que involucre a las comunidades.
En 2019, con el cambio de administración, se revirtió la Reforma Educativa de 2013 con el objetivo de restituir la relación de las autoridades federales con el gremio docente. Además, se reformó la LGE para incorporar el concepto de la Nueva Escuela Mexicana (NEM), un proyecto educativo que engloba todos los cambios en la política educativa durante esta administración.
Esta situación pone en riesgo el futuro de las evaluaciones estandarizadas, herramienta fundamental para medir el desempeño de los estudiantes con el fin de tomar decisiones más informadas ante la pérdida o retraso de aprendizajes durante el cierre escolar por la pandemia.
En particular, el último levantamiento de las pruebas del Plan Nacional para la Evaluación de los Aprendizajes (Planea) para tercero de secundaria se registró en 2019. Sin embargo, aunque se hizo un levantamiento de Planea en educación media superior durante 2022, se desconoce si habrá un próximo levantamiento para educación básica.