El incremento en los indicadores del embarazo adolescente, las acciones preventivas que deben desarrollarse, así como los protocolos que tienen que seguir las instituciones educativas en este ámbito, fueron parte de las deliberaciones del conversatorio virtual sobre el tema organizado por la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación de la Ciudad de México (SECTEI) y El Colegio de México.

La doctora María Isabel Vázquez Padilla, directora de Planeación y Evaluación Estratégica de la SECTEI, expuso que, de acuerdo con lo datos del INEGI 2021, el país mantiene una tasa de embarazo en adolescentes superior a setenta por cada mil mujeres entre 15 y 19 años de edad, lo que representó mil nacimientos diarios que no fueron planeados ni deseados.

Además, ese índice aumentó en aproximadamente 30 por ciento entre 2020 y 2021 a causa de la pandemia por la COVID, lo que significa que se tuvieron más de 29 mil nacimientos adicionales bajo estas características de edad.

La doctora Vázquez Padilla refirió que el año pasado el Instituto Nacional de Perinatología señaló que en la Ciudad de México 75 mil adolescentes se embarazaron al año, de las cuales el 80 por ciento abandonaron sus estudios.

Además, el maestro Iván Ortiz Alcaide, psicólogo orientador juvenil en el IPN; y la doctora Mónica Aburto Arciniega, coordinadora del Programa de Prevención del Embarazo en Adolescentes en la UNAM, manifestaron que una de las formas de fortalecimiento al personal de orientación educativa es a través de la eliminación de prácticas discriminatorias.

Al interior del IPN, añadió Ortiz Alcalde, el asunto de los derechos sexuales se trata con pláticas y material impreso y el trabajo desde una perspectiva no biologisista o centralizada en términos de reproducción. Por ello, consideró necesario incorporar otras áreas de conocimiento como las ciencias sociales para ampliar las explicaciones sobre este fenómeno.

“Conozco al Conalep y reconozco que ha tenido programas muy importantes, pero se requiere continuidad con la promoción del desarrollo consciente de la sexualidad”, indicó.

La doctora Aburto Arciniega estableció que no existe un protocolo único de atención, especialmente por las edades en que se presenta el embarazo. A ello, se suma el contexto de vulnerabilidad de la mujer del que deriva el abuso y también la condición de pobreza, lo que hace se conforme un círculo vicioso.

 

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