Empresas especializadas en reciclaje se han enfocado en buscar opciones contra el cambio climático ante el crecimiento desmedido de la región. Un ejemplo es la recuperación del material ferroso que, en la península de Yucatán, es una práctica cada vez más importante debido al riesgo ambiental latente.

Esta actividad, relacionada con el procesamiento y reciclaje de residuos sólidos y ferrosos, tiene como reto la generación diaria de un estimado de 2,475 toneladas. Tan solo en la ciudad de Mérida, Yucatán, se produce el 51% de estos desechos en una superficie de 1,200 hectáreas.

Estas acciones han ocasionado una severa contaminación para el subsuelo, sobre todo por los líquidos resultantes de la descomposición de residuos orgánicos conocidos como lixiviados.

La asociación civil México, Comunicación y Ambiente ha advertido que existen más de seis mil metros cúbicos de subsuelo contaminado por estos jugos tóxicos generados por la mezcla de la fracción orgánica con la inorgánica; asimismo, hay unos cincuenta cuerpos de agua contaminados, entre acuíferos superficiales y cenotes.

En los últimos años, ha aumentado, de forma significativa, el reaprovechamiento de material ferroso en la península de Yucatán. Se espera que la tendencia siga, gracias al interés de la población y la implementación de políticas de recuperación por parte de las autoridades locales. Además, se espera que se desarrollen nuevas tecnologías para mejorar el procesamiento de los residuos ferrosos, lo que permitirá una mayor eficiencia en el reciclaje.

Estos tipos de despojos se recolectan de diferentes lugares, como basureros, calles, parques y otras áreas. Hoy en día, acorde a la clasificación establecida en la norma NOM-083-SEMARNAT-2003, existe un sitio de disposición final tipo “A” en la península, el cual maneja más de cien toneladas al día de residuos sólidos urbanos.

Este sitio opera en la ciudad de Mérida y se suma a diez más tipo “C” con capacidad hasta para cincuenta toneladas al día y 39 tipo “D” para hasta diez. Por lo que de continuar el ritmo de crecimiento de la región, se habrá rebasado la capacidad de recepción diaria de dichos espacios, sin mencionar la afectación al medio ambiente que conlleva.

Con la profesionalización del sistema de reciclaje en la península, la empresa Reciclados Peninsulares, ha logrado acelerar los procesos que a menudo tardaban entre treinta hasta 45 días a tan solo diez. Alcanzando una cifra récord de sesenta mil toneladas anuales de material reciclado en la zona.

“Nuestro objetivo es acompañar el crecimiento sustentable de la península”, comentó Joel Domínguez, director general de Reciclados Peninsulares. “Buscamos mantenerla como el punto más verde del país”, agregó.

Gracias al proceso de profesionalización de los servicios de reciclaje y recolección de este tipo de residuos y su separación, permite su procesamiento para darles un nuevo uso en la fabricación de productos como tuberías, vigas, estructuras metálicas, entre muchas otras materias primas que vuelven a entrar al mercado, siendo comercializadas al interior de la República.

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