Un histórico Tratado de las Naciones Unidas por los Océanos finalmente se acordó en las Naciones Unidas después de casi dos décadas de negociaciones. El texto pasará ahora por la edición técnica y será traducido, antes de ser adoptado oficialmente por los Estados en otra sesión. Este Tratado es una victoria monumental para la protección de los océanos y un símbolo importante de que el multilateralismo aún funciona en un mundo cada vez más dividido.

 

El acuerdo de este Tratado mantiene vivo el objetivo 30×30 (es decir, proteger el 30% de los océanos del mundo para el año 2030). También proporciona un camino para la creación de áreas total o altamente protegidas en los océanos del mundo en aguas internacionales que actualmente no cuentan con ningún tipo de autoridad o protección. Todavía hay cosas por mejorar en el texto, por lo que los gobiernos deben asegurarse de que el Tratado se ponga en práctica de manera efectiva y justa para que se considere un Tratado realmente sólido.

 

Laura Meller, campañista de océanos de Greenpeace Nordic, declaró desde Nueva York:

“Este es un día histórico para la conservación y una señal de que, en un mundo dividido, la protección de la naturaleza y de las personas puede triunfar sobre la geopolítica. Reconocemos a los países por generar compromisos, dejar de lado sus diferencias y entregar un Tratado que nos permitirá proteger los océanos, aumentar nuestra resiliencia al cambio climático y salvaguardar las vidas y los medios de subsistencia de miles de millones de personas.

 

“Ahora finalmente podemos pasar de las palabras a un cambio real en el mar. Los países deben adoptar formalmente el Tratado y ratificarlo lo más rápido posible para que entre en vigor y luego crear los santuarios oceánicos que nuestro planeta tanto necesita. El tiempo sigue corriendo para llegar exitosamente al 30×30. Nos quedan sólo cinco años y no podemos ser complacientes”.

 

La High Ambition Coalition, que incluye a la Unión Europea, EE. UU., el Reino Unido, y China fueron actores clave en la negociación del acuerdo, ya que mostraron voluntad de compromiso en los últimos días de conversaciones y construyeron acuerdos en lugar de sembrar división. Los pequeños Estados insulares también mostraron liderazgo a lo largo del proceso, y el grupo G77 abrió el camino para garantizar que el Tratado se pueda poner en práctica de manera justa y equitativa.

 

La distribución justa de los beneficios económicos que se obtendrían de los recursos genéticos marinos fue un punto de conflicto clave, donde se pudo observar la división entre los países desarrollados, poseedores de estas tecnologías, y los países en desarrollo, que demandaban un acceso justo a los beneficios obtenidos en áreas de los océanos que pertenecen a toda la humanidad. Esto sólo se resolvió hasta el último día de conversaciones. La sección del Tratado sobre Áreas Marinas Protegidas elimina la toma de decisiones basada en el consenso ya que no ha logrado proteger los océanos a través de organismos regionales existentes como la Comisión del Océano Antártico. Si bien todavía hay problemas importantes en el texto, es un Tratado viable que es un punto de partida para proteger el 30% de los océanos del mundo.

 

El objetivo 30×30, acordado por los países en la COP15 de Biodiversidad en Montreal en 2022, no sería posible sin este Tratado histórico, ya que el Acuerdo permitirá la protección de las aguas internacionales mediante la creación de áreas marinas altamente protegidas. Es vital que los países ratifiquen urgentemente este Tratado y comiencen a trabajar para crear vastos santuarios en los océanos que estén protegidos y que cubran el 30% de los océanos para 2030.

 

A partir de ahora, comienza el arduo trabajo de ratificación y protección de los océanos. Debemos aprovechar este impulso para deshacernos de nuevas amenazas, como la minería en aguas profundas, y concentrarnos en implementar la protección. Más de 5.5 millones de personas han firmado la petición de Greenpeace pidiendo un Tratado fuerte. En México, fueron más de 380 mil personas las que suscribieron esta petición. Esta es una victoria para todas ellas. Gracias por sumar su voz.

 

“En México, nos toca estar pendientes en los próximos meses de los procesos de adopción, ratificación y entrada en vigor del Tratado. Es de suma importancia que México se coloque como punta de lanza y líder a nivel regional en los pasos por seguir para lograr la completa y correcta implementación de este Tratado Si bien aún nos queda mucho trabajo por hacer, este primer paso es un logro enorme en la protección de los océanos del mundo. Es una muestra de que cuando existe voluntad política y se superan divergencias, los países pueden alcanzar grandes cosas por la humanidad y el planeta” Mencionó Ornela Garelli, campañista de océanos de Greenpeace México.

 

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