A lo largo de la historia, las mujeres han sido reconocidas por su gran labor en la gestión de recursos hídricos y naturales, así como en el cuidado y conservación del medio ambiente, son la primera línea de defensa de los ecosistemas. Prueba de esto, es que las mujeres realizan hasta el 80% del trabajo informal no remunerado relacionado con el suministro de agua, de acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). En el marco del Día Internacional de la Mujer, celebrado cada 8 de marzo, The Climate Reality Project América Latina urge a los gobiernos a que implementen leyes de protección a las mujeres y que inviertan en sistemas hídricos resilientes que aseguren la disponibilidad y acceso al agua.
Las mujeres y niñas son la fuerza que impulsa a generar grandes cambios colectivos: ellas son las defensoras de ríos, lagos, mares, arriesgan su vida para salvaguardar los recursos hídricos e impedir que se realicen proyectos extractivos que amenazan al medio ambiente, asimismo, de acuerdo con ONU Mujeres, del 80% de los hogares que carecen de agua, la responsabilidad de acarrearla recae sobre mujeres y niñas.
El calentamiento global afecta en la disponibilidad del agua, porque ocasiona sequías extremas y estrés hídrico, que impacta en mayor magnitud a las comunidades rurales o conurbadas. La falta de agua amenaza su supervivencia y la de sus comunidades, además de que enfrentan desafíos para producir sus alimentos y para llevar a cabo actividades como la agricultura, pesca y ganadería, en territorios dañados por el cambio climático.
En la misma línea, las mujeres son más propensas a sufrir los efectos del cambio climático, cuando recorren largas distancias en busca de agua y alimento para sus familias; tienen mayor riesgo de padecer problemas de salud, seguridad y bienestar, asimismo, están más propensas a sufrir violencia e inseguridad y tienen menos oportunidades de desarrollo, por lo que, en la mayoría de los casos migran a otros países en busca de mejores condiciones de vida. A nivel global, las mujeres y niñas tienen 14 veces más probabilidades que los hombres de morir durante un desastre climático y representan el 80% de las personas desplazadas, de acuerdo con Naciones Unidas.
Las mujeres desempeñan un papel fundamental para el cuidado del agua en sus comunidades, un ejemplo de ello, es Verónica Vilchis, originaria de Petorca Chile, su amor hacia la naturaleza la motiva a defenderla, a tal grado que ha padecido hostigamientos y amenazas en el sistema de agua comunitario de San José. Pese a ello, Verónica continúa su labor como presidenta del sistema de agua, cuyo objetivo es que no falte agua en su comunidad, tras la mega sequía que enfrenta el Río Petorca; tan sólo en 2012 el estado de Chile declaró la zona de escasez hídrica. Además, Verónica cofundó Mujeres Modatima, un movimiento femenino que lucha por el acceso al agua, tierra y protección del medio ambiente.
América Latina y el Caribe cuenta con 94% de cobertura de agua potable, la cifra más alta de las regiones en desarrollo. Sin embargo, los índices de cobertura varían ampliamente entre países y en zonas rurales y urbanas de un mismo país, de acuerdo con el Banco Mundial. No obstante, sin cambios importantes en los sistemas de captación y suministro de agua, así como en la adaptación al cambio climático, seguiremos siendo testigos de problemas hídricos cada vez más graves en todo el mundo que pondrán en riesgo la disponibilidad de agua.
Ante la situación hídrica actual, existen soluciones como implementar plantas de tratamiento de aguas residuales y de saneamiento, así como invertir en mejores infraestructuras y en sistemas de captación de agua. El 80% del agua residual del mundo, se vierte al medio ambiente sin haber recibido un tratamiento adecuado, es un recurso valioso que puede recuperarse como agua limpia, energía y nutrientes, según un informe del Banco Mundial. Asimismo, el agua tratada puede ser reutilizada en varios sectores como en la agricultura; si los gobiernos, empresas y sociedad civil invierten en mejores infraestructuras y sistemas para cuidar el agua, se obtendrían grandes beneficios en la salud, economía y medio ambiente.
Es importante que los gobiernos implementen leyes urgentes para la protección de las mujeres, que garanticen su seguridad y bienestar, así como mejores oportunidades de desarrollo. La desigualdad de la mujer se agudiza por el cambio climático, cuyas consecuencias las afectan a ellas en mayor medida, según reconoce la Organización de las Naciones Unidas (ONU). El acceso al agua es un derecho humano del cual todos debemos de disfrutar, sin poner en riesgo la vida ni la integridad.
Finalmente, hay que recordar que los esfuerzos que se realicen a partir de ahora, dependerá la disponibilidad de agua en el futuro. Para evitar que sigan sucediendo mayores crisis de agua, debemos cambiar la forma de producir y consumir, todos somos parte de la solución. Para conocer más sobre agua y cambio climático así como sus posibles soluciones, solicita una plática gratuita en las redes sociales de @ClimateLatino en Facebook, Twitter e Instagram.